Una Argentina peor

Ante el silencio y la cómplice inacción oficial, ha sido la Iglesia, una vez más, la encargada de efectuar un grave llamado de atención sobre el avance en nuestro país de las "mafias del crimen organizado", como el narcotráfico y la trata de personas, en especial dentro del aparato del Estado.

El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú, sostuvo que el narcotráfico y la trata de personas son "actividades delictivas llevadas adelante por mafias del crimen organizadoque van copando territorios e infectan con aprietes y sobornos diversas estructuras de la sociedad y el Estado. Hay quienes tienen dinero manchado con sangre."

Antes de explicar que él y los demás obispos efectuaban "un fuerte llamado a la toma de conciencia", explicó que ellos conocen la realidad de la droga y sus consecuencias por el contacto directo con familias angustiadas, docentes y vecinos. También se refirió al drama de la trata de personas.

Luego, en el mensaje de Navidad, titulado "Y en la tierra paz a los hombres", el Episcopado volvió a ocuparse de estos flagelos que para las autoridades nacionales parecen no existir mientras hace años que no dejan de crecer. De hecho, ante la sospechosa falta de reacción del Gobierno, es la Iglesia la que, con valentía y razón, se ve obligada a este llamamiento ante la imperiosa necesidad de una toma de conciencia.

No es la primera vez. Trece meses atrás, el episcopado argentino consensuó un duro documento titulado "El drama de la droga y el narcotráfico". Al presentar aquel texto, monseñor Lozano sostuvo que si la dirigencia política y social no tomaba medidas urgentes, costará mucho tiempo y mucha sangre "erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio". José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal, reclamó que ese problema que crecía como una mancha fuera "asumida políticamente por el Estado".

Ante aquel durísimo documento, la respuesta del Gobierno fue otra chicana política, pues la Presidenta elegió a un sacerdote de su confianza, el padre Juan Carlos Molina, para dirigir la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). La titularidad de tan importante organismo se hallaba vacante desde marzo del año pasado.

Sin embargo, ante la falta de experiencia de Molina en la lucha contra el narcotráfico, el Gobierno decidió que la Sedronar se limitara a la prevención, dejando el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR