La Argentina, el país con más robos

Un documento elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ubicó a la Argentina como el país que, en promedio, presenta el mayor índice de robos de América latina enhttp://www.lanacion.com.ar/1097377-inseguridad-el-problema-mas-urgentecon una tasa de 973 cada 100.000 habitantes.Desde 2008, y en coincidencia con el aumento de la inseguridad en el país,http://www.lanacion.com.ar/1556339-nilda-garre-insiste-con-responsabilizar-a-los-medios-por-la-sensacion-de-inseguridadde la criminalidad, pero como es imposible ocultar una realidad que tan duramente afecta todos los días a cada vez más argentinos, esa realidad comenzó a colarse en estudios e informes de organismos internacionales generando vanas críticas y cínicas desmentidas del kirchnerismo.Eso es lo que ocurrió, por ejemplo, cuando en junio pasado la oficina contra las drogas y el crimen de la ONU situó a nuestro país entre los de mayor tránsito de cocaína, colocándolo en la región como mayor puerto de origen de esa droga detrás de Brasil y Colombia. El organismo internacional se quejó, además, de la insuficiente colaboración de la Argentina para la provisión de datos estadísticos en esa materia. Tampoco es casual esta falta de colaboración.Desgraciadamente, las autoridades de nuestro país han elegido una estrategia suicida para afrontar la inseguridad en aumento: negarla o ignorarla en vez de combatirla mediante políticas de Estado consensuadas con las provincias, municipios y todo el arco político de forma tal de que cuenten con pleno consenso.Por supuesto, lo único que se logró con esa estrategia fue el incremento desbocado de la violencia delictiva, el narcotráfico y los crímenes que derivan de esta vil actividad e, incluso, las cada vez más frecuentes fugas de presos alojados en institutos penitenciarios y en comisarías de donde jamás habrían podido huir sin la activa complicidad de sus guardianes. Hay que agregar el mal manejo por parte de la Nación y de varias provincias de las causas que derivaron en las huelgas de policías provinciales y los consiguientes saqueos.Es triste tener que admitirlo, pero nuestro país se va convirtiendo poco a poco en tierra del crimen y del narcotráfico por la creciente ausencia de un Estado que ha resignado una de sus obligaciones esenciales: la de brindar seguridad a sus habitantes.En realidad, es mucho más grave aún porque, a medida que el Estado profundiza esa renuncia, va siendo infiltrado por la delincuencia a la que debería combatir...

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