La Argentina y el mundo en 2023: entre los principios y el pragmatismo

El presidente Alberto Fernández, en la Asamblea General de las Naciones Unidas

Un año atrás nos preguntábamos cómo serían el mundo y la Argentina después del Covid-19. Hoy nos preguntamos cómo será el mundo después de la invasión rusa a Ucrania, y qué oportunidades y desafíos tendrá la Argentina en el nuevo contexto. ¿Cuáles serán las características principales del sistema internacional en 2023 en el que nuestra política exterior deba desarrollarse?

De las varias consecuencias previsibles de la guerra en Ucrania, algunas son más directamente relevantes para nuestro país que otras. Entre ellas, algunas pueden requerir respuestas más principistas. Otras, tal vez, demanden respuestas más pragmáticas. En cualquier caso, coordinar posiciones con otros países de la región, por ejemplo con el próximo gobierno de Lula en Brasil, será clave para potenciar nuestra voz internacional.

El primer desafío es, claramente, el conflicto aún no resuelto en Ucrania, cuyas implicancias abarcan muchísimas dimensiones del orden internacional: el regreso de la guerra tradicional y la geopolítica, alzas de precios internacionales de energía e inflación, inseguridad alimentaria en vastas regiones y más.

Más allá de cuál sea el resultado final de la guerra, estamos frente a una reconfiguración del poder global. Rusia saldrá como un Estado débil y aislado de Occidente. Hasta China, un país cercano a Rusia en su rechazo a Estados Unidos, le ofrece solamente un apoyo selectivo. Lo mismo sucede con India, históricamente cercano a Rusia, que es su mayor proveedor de armas.

Los incondicionales de Rusia son Siria, Corea del Norte, Bielorrusia y Nicaragua. Con Rusia convertida en un estado paria, invasor y represivo, desde una posición principista, la Argentina debe considerar qué amigos prefiere antes de volver a ofrecerse como la "puerta de entrada de Rusia" a América Latina.

Al mismo tiempo, el mundo de 2023 encuentra al bloque occidental, en general, y a la Unión Europea (UE) y la OTAN, en particular, mucho más unidos y fortalecidos, también como consecuencia directa de la invasión. Es largamente sabido que los enemigos externos incentivan la cohesión interna. Incluso países como Suecia y Finlandia, que nunca habían considerado ser parte formal de la OTAN, ahora iniciaron su incorporación.

Al margen del despliegue de militares en misiones de paz, en el marco de la ONU, es conveniente que la Argentina no muestre ambigüedades ni irresponsabilidades en el concierto...

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