La Argentina les ganó a sus ansias y pudo celebrar

ESTANCIA GRANDE, San Luis.- Y volvió el Mundial a la Argentina. Luego de una espera de 24 años -el último fue en 1987-, la competencia máxima volvió a la tierra donde se practica el mejor polo del planeta. Estancia Grande, en San Luis, es la novena cita de un torneo restringido a 14 goles de handicap por la Federación Internacional (FIP). Para estar a tono con el ambiente del reencuentro, la primera jornada no pudo ser mejor: factores climáticos óptimos, muchísimo público y la victoria del conjunto local por 13-6, sobre México, un rival que, a priori, se presentaba como un hueso duro de roer."La ansiedad luego de tantos meses de entrenamiento se hizo sentir en los dos chukkers iniciales. En los primeros minutos, la bocha se negaba a entrar", dijo Martín Zubía, el director técnico del equipo argentino, ya más relajado en el palenque, pocos minutos después de finalizar un encuentro que lo obligó al sufrimiento, a pesar de la buena ventaja en el marcador final. La veloz cancha Francisco Dorignac apareció como un factor fundamental en el inicio; ese vértigo que imponían bocha y césped les jugó una mala pasada a los locales. El hecho de sentirse obligados a convertir de arranque los llevó a cometer errores en la definición.El feriado fue clave para que muchas personas se acercasen desde todo el país para ver el inicio del Mundial. Es un arma de doble filo; sirve para motivar a los jugadores, pero también les inyecta una dosis de presión si el juego deseado no aparece. Además, México es un rival que históricamente se caracterizó por tener una estructura inquebrantable, con importantes atributos técnicos. Esta versión de los aztecas no es la excepción.Sin embargo, esas trabas no fueron capaces de...

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