Árbitros hartos, ¿y la gente qué?

"Los árbitros estamos hartos", dice Saúl Laverni. Tocado en su honorabilidad por la desafortunada frase de Julio Falcioni -"Yo avisé el martes"-, respecto de la designación del referí para Tigre-Boca. El combo ideal para que un optimista en goles mediáticos como Guillermo Marconi, titular del Sadra, movilizara los resortes legales de la cuestión.El tema es más profundo que el malestar de Laverni, la victimización de Falcioni o la reacción de Marconi. Supongamos por un instante que el DT es un mal orador, que sólo quiso referirse a las estadísticas adversas de Boca cada vez que lo dirigió Laverni. El punto censurable es objetar las designaciones, inducir a la manipulación de nombres. Elegir.Los vicios de la AFA y del Colegio de Árbitros, ambos presididos por Julio Grondona, no son de ahora. Forman parte del rosario de prebendas que tienen los dirigentes, que retribuyen en su debido momento con la mano levantada. Todos mal acostumbrados. Entonces, los entrenadores también se ven tentados de petitorios obscenos. Jugadores y técnicos tienen que amoldarse al juez que le toque. Porque del mismo modo son ellos los que abonan el camino a los comentarios sugestivos. "Tal club quiere que lo dirija Fulano" . ¿Qué significa: que le da tranquilidad por el estilo, que le va bien con ese árbitro, que tienen una óptima relación profesional? De una u otra manera, hay una zancadilla a la credibilidad.Por otra parte, el nivel del...

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