Aquellos rituales de crecimiento

Los rituales de crecimiento formaron parte de nuestra infancia y adolescencia, pero fueron desapareciendo: hace unos años había una edad determinada para ir a dormir a casa de amigos o a una pijamada, para usar pantalones largos, para tener una lapicera de marca, para usar carpeta en lugar de cuaderno, para estrenar tacos altos, para maquillarse, para acostarse más tarde o para bañarse después de comer, para ir al almacén a comprar algo para mamá y poder quedarse con algo del vuelto, y otros muchos ejemplos que hoy recordamos los que peinamos canas.

No eran negociables, a nuestros padres no les temblaba el pulso a la hora de instalar y sostener esos rituales, que venían de muchas generaciones y se daban por sentados como leyes indiscutibles. Y teníamos que disimular el enojo que nos daba que nuestra hermana sí pudiera o nuestro compañero sí tuviera, porque si no la espera era más larga todavía (para que aprendiéramos a esperar...).

En los últimos tiempos, en cambio, viene instalándose el "quiero, ¡tengo!" Hoy parece que desear, anhelar, soñar, ¡y esperar! son malas palabras. Todo tiene que ser "ya". Lo que no puede hacerse "de verdad" se convierte en un festejo de cumpleaños en el que desde muy pequeños los chicos juegan a ser grandes: tanto puede ser un spa como una fiesta con baile. Los chicos piden y piden y los padres cedemos: en la campera de moda, o la edad para que tengan Instagram o Facebook o teléfono celular propio. Siempre encontramos alguna buena razón: "pobrecitos, tienen frío", o "quedan afuera de su grupo sin Facebook" (o WhatsApp), o "yo cambio este teléfono, se lo regalo y el abono es muy barato, así no se pierde nada".

Cuando éramos chicos teníamos ganas de crecer, hacerlo nos daba derechos y privilegios, y éstos se relacionaban no sólo con la edad, sino también con la maduración, incluso podíamos perder alguno si hacíamos mal uso o si en diferentes áreas no mostrábamos la madurez acorde a esos derechos. ¿Cuáles eran? Una semanalidad que iba creciendo con la edad, más libertad de acción (andar en...

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