Los Antiguos lo sufrió en 1991 y hoy es un vergel de cerezas

RIO GALLEGOS.- La mañana del 13 de agosto de 1991 no amaneció en Los Antiguos. Una tormenta de cenizas lo tapó todo y durante varios días reinó la noche. Familias enteras se fueron; otras resistieron. Veinte años después de la erupción del volcán Hudson, exportan cerezas al mundo, explotan el turismo rural y se ha convertido en un valle fértil en medio de la aridez patagónica.Los Antiguos está ubicado a 3 km de la frontera con Chile y 1029 km al norte de Río Gallegos, en el margen del lago Buenos Aires. Hoy es un valle verde y productivo, pero hace veinte años soportó un fuerte éxodo de la población y la angustia de un futuro marcado por las cenizas.El volcán Hudson no es visible desde Los Antiguos: queda a 100 km en línea recta de la localidad sobre la cordillera chilena. Según los registros de la época, el 5 de agosto de 1991 una poderosa erupción sacudió su interior, pero la gran nube de cenizas llegó recién días después por efecto del cambio de viento.Los restos volcánicos alcanzaron los 18.000 metros de altura y sepultaron 10 millones de hectáreas patagónicas bajo una capa inconmovible. Cerca de 600.000 ovejas de la región murieron por la falta de pasturas y agua, y un tendal de chacras y estancias quedaron arruinadas. Nada volvió a florecer durante años y pocos apostaban a la recuperación del lugar. Pero el trabajo del hombre y la naturaleza empujaron en una misma dirección.El clima frío, los suelos arenosos y la abundancia de agua le dieron al lugar un microclima para sembrar cerezas tardías, cultivo que empezó a experimentarse a principio de los 80. Pero después del Hudson parecía imposible que volviera a florecer."Los primeros días que caía la ceniza hacía calor, entraba en todas partes y...

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