La angustia de la comunidad en la Argentina

El viernes por la mañana, la información de lo que ocurría en Japón los golpeó a la distancia. Pero enseguida, la falta de noticias sobre sus familiares y amigos les hizo que sentir que el suelo también temblaba bajo sus pies. Así vivieron los últimos días los miembros de la colectividad japonesa en la Argentina. Muchos de ellos pasaron de la angustia al alivio cuando, finalmente, pudieron saltar las distancias y localizar a sus seres queridos por teléfono o a través de alguna red social. Pero otros aún viven en la congoja de continuar la búsqueda de su gente.Es el caso de la familia de Hideyuki Omori, de 50 años, que desde hace dos años vive con su mujer, Elvira, que es paraguaya, en Fukushima, donde está emplazada la central nuclear que mantiene en vilo al mundo. "Estamos muy preocupados; no hemos tenido noticias de ellos. No pudimos contactarlos en sus teléfonos. Ahora estamos pendientes todo el tiempo de los listados de Internet en los que se informa sobre las personas afectadas", dijo a LA NACION, con un tono de mucha preocupación, el pastor Rubén Uesu, que dirige la Iglesia Evangélica Japonesa en la Argentina, en Lafuente 441, en Flores.Ayer, unas 120 personas de la comunidad japonesa que pertenecen a esa iglesia se reunieron con una misma preocupación. "Declaramos una jornada de ayuno y oración por nuestros hermanos y por todo lo que está ocurriendo en Japón. Esperamos tener noticias de ellos pronto", dijo Uesu.Ayer fue un día especial para la colectividad japonesa en el país. Todos quieren sumar su ayuda, pero aún no saben cómo canalizarla. Las distintas asociaciones que agrupan a los miembros de esta comunidad ya ofrecieron su aporte a la embajada de Japón en la Argentina. "Estamos esperando instrucciones del gobierno japonés y una evaluación de los daños", informó a LA NACION Konania, quien atiende el teléfono celular de la embajada.La colectividad tiene unos 40.000 miembros en el país; el 80 por ciento de ellos proviene de Okinawa, isla alejada del epicentro del terremoto. A diferencia de otras comunidades asiáticas en Buenos Aires, los japoneses no viven todos en un mismo barrio. Sí...