Para los analistas, el miedo al default favorece un acuerdo

A tono con la algarabía que despierta el Mundial de Brasil en los fanáticos, ex funcionarios y especialistas en reestructuraciones de deuda soberana eligen una metáfora futbolística para definir la situación actual por la que atraviesa el conflicto con los fondos buitre. Para ellos, tanto los acreedores rebeldes como el Gobierno ingresarán mañana en el tiempo suplementario de la discusión, que tendrá 30 días.Si no hay acuerdo, la Argentina al país, pero tampoco a los holdouts. Esa debilidad es, al mismo tiempo, quizá la mayor fortaleza del gobierno de Cristina Kirchner. En otros términos: los analistas creen que el temor a la cesación de pagos, tanto del Gobierno como de los acreedores (que canjearían así un fallo a favor por una vuelta a foja cero), lubricará la negociación.Hay quienes van más lejos: sostienen que el conflicto sólo se resolverá después del 30 de julio, cuando eventualmente el Gobierno les demuestre a los holdouts que está dispuesto a caer en default (el jueves la Argentina depositó US$ 532 millones para los bonistas, pero el juez Griesa impidió el pago) antes que mejorarles la oferta que les hizo a los tenedores de deuda que entraron en los canjes de 2005 y 2010.Para Miguel Kiguel, subsecretario de Financiamiento durante el gobierno de Carlos Menem, "ahora sólo resta hacer lo que dijo el juez. Pero queda mucha agua por correr. Si la Argentina muestra y el juez lo interpreta así, puede reponer el stay [la cautelar que impedía embargos sobre los pagos a los reestructurados]". Y agregó que "un nuevo default no les conviene tampoco a los fondos buitre. Implicaría barajar y dar de nuevo".La unión por el espanto y no el amor que genera un eventual default es, también para el ex presidente del Banco Central Martín Redrado, uno de los principales puntos que abre la puerta a la salida negociada. "Está dada una convergencia de intereses tanto de los holdouts como de los bonistas, el juzgado y el Gobierno, que quiere solucionar el tema. Perdimos oportunidades y hay cada vez menos margen, pero se puede llegar a un acuerdo. La clave es no pagar demás ni complicarse para el futuro", sostuvo.Preocupación por la economíaComo en cualquier juego contra reloj, también en el caso de la deuda, para Redrado "cada día que pase será peor". Al menos en ese punto, lo mismo piensa Arnoldo Bocco, ex director...

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