El Alto, el reducto combativo leal a Evo que no le teme a la guerra civil

LA PAZ.- Bronca, miedo y desprotección. Eso es lo que sienten los bolivianos de la ciudad de El Alto, vecina a La Paz, frente al nuevo "gobierno de ricos", como llaman ellos al Ejecutivo que preside Jeanine Áñez. Una multitud de manifestantes, muchos de ellos vestidos con ropa indígena, bajó cada tarde desde el lunes en una larga marcha hasta el centro de la paz al grito de "El Alto de pie, nunca de rodillas", que ayer se transformó en un inquietante "ahora sí, guerra civil"."Yo a El Alto no voy", dijeron de forma tajante todos los taxistas consultados en el centro de La Paz, con cierto tono de temor y también desprecio hacia los indígenas que estas tardes bloquean el centro de la capital. La alternativa son los pequeños buses interurbanos con capacidad para diez personas, que siguen realizando el trayecto de 11 kilómetros por una zigzagueante autopista de montaña al precio de 30 centavos de dólar. El acceso se interrumpe por los piquetes a un kilómetro de El Alto y los pasajeros terminan el trayecto a pie, cuesta arriba.La ciudad se caracteriza por viviendas casi idénticas de ladrillo hueco a la vista sin revoque, color terracota, que le dan un aspecto pintoresco. Además, es la "capital" de la arquitectura "cholet" -una mezcla de las palabras "chola" y "chalet"-, creada por el arquitecto Freddy Mamani, con coloridos frentes con bandas rojas, amarillas y verdes, para la ascendente burguesía aymara de esta ciudad.Pero desde el lunes El Alto está paralizado. La única actividad de su millón de habitantes son los llamados cabildos abiertos, en los que alrededor del mediodía acuerdan las consignas de ese día, y luego bajan a La Paz en una caminata de poco más de una hora.Napoleón Yawasi, abogado, de 29 años, es el presidente de la Federación de Juventudes Vecinales de Viacha, una localidad cercana. Poco después de la finalización del cabildo abierto, y cuando se disponía a iniciar la marcha hacia La Paz, accedió a dialogar con LA NACION. "Lo que hizo Áñez es un golpe de Estado. Aquí hay que llamar rápido a elecciones y que el pueblo decida las autoridades. A mí no me interesa en lo particular que vuelva Evo Morales. Estas no son marchas partidarias. Pero los indígenas tenemos miedo de que se pierdan todos los derechos conquistados en estos 13 años", dijo.Al consultar a otros participantes de la marcha cuáles eran los "derechos conquistados", en el aluvión de respuestas se mezclaron las frases de unos sobre otros: el bono Juancito Pinto (una...

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