Almacenamiento futuro: cuándo podremos guardar nuestros archivos en el ADN

El ADN, con su estructura de doble hélice con adenina, timina, citosina y guanina, puede usarse para codificar información con muchísima densidad

Son un alfabeto biológico y, a su vez, un código: A, T, G, y C o por sus nombres completos, adenina, timina, guanina y citosina . Conforman el ADN , la molécula doble hélice que almacena y condensa la información genética de los seres vivos , y que controla todos los procesos metabólicos que tienen lugar en las células. Sin embargo, el ADN se encamina a adquirir un rol distinto al que hoy tiene en los seres vivos: combinando ese mismo alfabeto, el ADN podría convertirse en un efectivo soporte para el inmenso volumen de información que hoy produce y busca preservar la humanidad… si llegan a superarse algunas pruebas decisivas.

Cada día en la Tierra se depositan en la "nube" 2,5 millones de gigabytes de información digital, que contribuyen a aumentar a los diez trillones de gigabytes ya almacenados. Pero cada video, audio, imagen o archivo publicados en redes sociales o guardados en servicios como Dropbox, Google Drive o OneDrive, entre otros, encuentra su "morada" no en una nube inmaterial sino en grandes centros de almacenamiento (los más grandes del mundo alcanzan superficies de cientos de miles de metros cuadrados), en donde los soportes magnéticos u ópticos deben ser mantenidos a bajas temperaturas, lo cual genera gastos siderales en consumo de energía y una gran cantidad de emisiones de dióxido de carbono. Se trata, en pocas palabras, de un almacenamiento finito y, a su vez, costoso en varios sentidos . Con este problema en el horizonte, y en busca de una posible solución a una demanda de almacenamiento de datos creciente, el ADN hoy se presenta como una solución al problema . Un hito al respecto se dio en 2013, cuando los científicos británicos Nick Goldman y Ewan Birney lograron codificar cinco archivos , incluidos un fragmento del más famoso discurso de Martin Luther King y 154 sonetos de Shakespeare, en una molécula de ADN. Desde entonces, en todo el mundo se trabaja con una meta en común: desarrollar el método que se perfila como el futuro del almacenamiento de la información .

Frente al tsunami de gastos energéticos y ampliación de las superficies para este "acopio" de datos, la molécula doble hélice ofrece una solución prácticamente ideal a la cuestión. "La densidad de información que puede guardar el ADN supera de manera enorme a la que hoy guardan los aparatos electrónicos. Una...

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