Alma, amor y cerebro, la fórmula del compromiso en el trabajo

Harry Harlow indagaba sobre las misteriosas causas que encienden la motivación. El psicólogo conocía los incentivos biológicos que impulsaban ciertos comportamientos básicos. Pero el experimento que comenzó en tiempos de la Segunda Guerra Mundial se centraba, en cambio, en las motivaciones extrínsecas.Los monos eran premiados (con bananas) si daban con la forma de abrir los candados de sus jaulas. La mitad que era recompensada obtuvo mejores resultados. Sin embargo, el verdadero hallazgo llegó cuando el experimento alcanzaba su fin.Esa noche, Harlow cerraba su laboratorio cuando escuchó ruidos adentro. Los monos –a esas horas, sin sus incentivos comestibles– intentaban abrir los candados. La sorpresa del psicólogo espoleó luego una iluminada conclusión: más allá de la biología, los premios y los castigos, existe una motivación en todos por intentar hacer las cosas y hacerlas bien.¿Qué mueve a las personas a hacer lo que hacen, a ponerse la camiseta por un objetivo común e incluso a dar un poco más de sus posibilidades por un determinado proyecto? Académicos, consultores y ejecutivos debatieron cómo se estimula el gen del compromiso en las organizaciones durante el XI Congreso Nacional de la Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (Adrha). La conclusión, como ocurre con los debates que interpelan lo propiamente humano, fue compleja. La fórmula del compromiso, aún inconclusa, combina algo de amor, cerebro y hasta del alma misma."Hay ingenieros del alma", afirmó el sociólogo Hugo Ojeda, encargado de abrir el debate. El consultor de Arquitectura Organizacional y Talento, que hizo un relato de la historia del concepto de compromiso desde los 90, citó a Michel Foucault para criticar los mecanismos de control que aparecen detrás de estas ideas moldeadas por las organizaciones.Además mencionó los peligros de los fuegos antiguos en altares modernos o de la moda que reempaquetar conceptos viejos para constituir una especie management fashion utilizada para reforzar un claro orden preestablecido.El sociólogo aportó también datos cuantitativos. "Las consultoras a nivel mundial coinciden que en el mundo, casi el 40% de las personas no están comprometidas con sus trabajos", recordó y citó un estudio de Gallup, que concluyó que "la gente no deja las empresas cuando se va de sus empleos, sino que abandona principalmente a sus jefes"."Más allá de que el concepto de compromiso esté fogoneado por las empresas o las consultoras globales para mejorar la productividad...

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