Allegro

sonata para la locuraY un día, Prokofiev quiso parecer insanoSergei Prokofiev fue una de las figuras más descollantes de la música académica del siglo XX. Fue un pianista excepcional y, como compositor, todos lo sabemos, un artista único, original, osado y fantasioso. Aún con todas las variantes, estilos y propuestas estéticas e idiomáticas, en toda su creación hay un sello Prokofiev que aflora victorioso y contundente. Con todo, dentro de ese corpus homogéneo, hay una obra que pareciera escapar a esas constantes. Es la Sonata para violín y piano Nº1, escrita, con intermitencias, entre 1938 y 1946, ocho años dentro de los cuales están los seis de la Segunda Guerra Mundial, la conflagración que devastó a la Unión Soviética, país al cual había retornado a mediados de los 30. Si bien en algunos pasajes de los dos movimientos centrales de la sonata emerge el estilo Prokofiev, en el primero y el último, sin...

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