Si el Aleti llega a la gloria será a su manera: sufriendo

VALENCIA.- Los ojos chiquititos, inyectados en sangre; la voz algo ronca de tanto gritar. Diego Simeone enfrenta la derrota con un optimismo que desmiente la desilusión de su mirada: "Es lo mejor que nos podía pasar".Lo dijo como si perder 2-0 contra el modesto Levante hubiera sido parte de su obsesiva planificación de un final de temporada destinado a los libros de historia del Atlético de Madrid. Como si triunfar sin sufrir significara una traición a la naturaleza de este club que lo idolatra.De tanto encadenar victorias inimaginables, el Aleti se derrumbó en un partido que se auguraba un trámite en su camino para ganar la Liga española después de 18 años de sequía. Perdió una vida. Le quedan dos. Si le gana al Málaga de local y al Barcelona en el Camp Nou será campeón. En realidad le alcanzan con 4 puntos.Pero se quedó sin margen de error. El Real Madrid, pese a dejarse anoche dos puntos de local, le respira en la espalda y el Barça del Tata Martino -que el sábado declaró su rendición incondicional- todavía puede aspirar a la vuelta olímpica."Ahora vamos a vivir tres semanas fantásticas, de gran emoción. Nos quedan tres finales de alta tensión", siguió Simeone en la sala de prensa del Ciutat de València, motivador hasta con los periodistas. Dos partidos de Liga y la definición de la Champions League contra el vecino rico de Madrid. Tragó saliva y volvió a un vestuario de hombres cabizbajos.A los jugadores visitantes les costaba esconder la desazón por la ocasión desperdiciada. "Hombre, estamos jodidos, cómo vamos a estar", se sinceró Gabi Fernández, el capitán. ¿Qué les dijo el técnico? "Que no habíamos ganado nada antes y no hemos ganado nada ahora. Que tenemos que jugar a muerte lo que queda".Gabi es Simeone dentro de la cancha. Hasta lleva el 14 en la espalda. ¿Cómo es eso de que perder fue "lo mejor" que le podía haber pasado al Atlético? "Es una forma de decir. Tenemos que entender que es extraordinario lo que estamos viviendo. No nos podemos distraer más", tradujo.El Levante, un equipo en tierra de nadie, camino a las vacaciones, lo doblegó con el planteo que más incomoda al Atlético. Le jugó a su imagen y semejanza, abroquelado atrás, sin conceder espacios, listo para lanzarse al contragolpe. La suerte lo ayudó. En el primer centro al área un rebote casual en el pecho de Filipe Luis sorprendió frío a Courtois y la pelota entró mansita en el arco.Los 9000 hinchas colchoneros que coparon medio estadio del Levante -una rareza en la Liga- esperaron...

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