Alberto tuiteando en el país de las maravillas

El presidente Alberto Fernández, ante el espejo de su gestión

"A dos semanas de las elecciones, estamos convencidos de lo que hicimos y de lo que nos queda por hacer. No fue casualidad cuidar a nuestra gente ni preservar el trabajo, la producción y la educación pública. Tampoco lo fue ampliar derechos ni garantizar un Estado presente", posteó esta semana en su cuenta de Twitter el presidente Alberto Fernández .

Obviamente que el Presidente debe defender su gestión en vísperas de unas elecciones de muchísima importancia y que pueden cambiar el futuro del mapa político local. No debería sorprender, entonces, el desmedido optimismo que encierra un típico tuit de campaña de electoral.

Fernández apela a reivindicar tres aspectos de su gestión donde objetivamente no hay lugar para una mirada satisfecha, culpa de la pandemia, pero también en gran parte a la pésima gestión de gobierno para enfrentarla, y tampoco se pronuncia sobre el cuestionado talante moral de su gestión, expuesto negativamente en reiteradas ocasiones durante uno de los momentos más difíciles que vivió el país en su historia.

Los tres aspectos a los que se refirió Alberto Fernández fueron el cuidado de la gente, la producción y el trabajo, y la educación pública.

Si cuando habla del cuidado exitoso de la gente, Fernández se refiere a las 112 mil muertes acontecidas por el Covid-19 , una cifra que ubica a la Argentina entre los países con mayor promedio de muertes por cantidad de habitantes, el Presidente exhibe un problema delicado en la comprensión de la realidad. Cada vez que habló sobre el tema utilizó un perverso juego de palabras para correr los parámetros entre las "muertes aceptables" y las que potencialmente se hubiesen producido si no hubiera sido por la gestión de su gobierno. Así lo hizo, por ejemplo, el 26 de junio de 2020, cuando Fernández decía: "Si la Argentina hubiera seguido el ritmo de Brasil , hoy tendría 10.000 muertos". Rápidamente la realidad y el crecimiento de la mortalidad hicieron que esa comparación quedara desactualizada. Entonces apeló en diciembre a recordar una supuesta reunión con "alguien" que le había llevado proyecciones de universidades inglesas. Nunca supimos quién fue ese "alguien" ni cuáles fueron esas casas de altos estudios británicas que decían que "si le va muy bien a la Argentina, se van a morir 60.000 personas, y si le va muy mal, se van a morir 250.000". "Gracias a Dios no alcanzamos la mínima", afirmó Fernández. Meses después, y con...

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