Alberto Fernández inaugura la era del hipopresidencialismo

Sergio Massa y Alberto Fernández

Fascinante tarea tendrán los historiadores del futuro cuando desmenucen esta singular etapa del desarrollo político argentino, en especial los que deban analizar el (dis)funcionamiento interno de la actual coalición gobernante. Tal vez esbocen la hipótesis del trilema del Frente de Todos: solo hay lugar en esta administración para dos de los tres integrantes del acuerdo político que propició Cristina en mayo de 2019. En la primera etapa, hasta la derrota en las PASO de septiembre del año pasado, fueron el Presidente y su vice los que mantuvieron, no sin conflictos y con un vínculo desgastante de por medio, la centralidad política y de la gestión. A partir de entonces se inició una larga agonía que derivó en que esa primera sociedad, fracasada y sumida en una parálisis asfixiante que devoró la legitimidad de ejercicio del Presidente, fuera desplazada para que una nueva, integrada también por CFK pero ahora con Sergio Massa como nueva figura preponderante, intentara encauzar una severa crisis económica que había adquirido una dinámica propia y amenazaba con derivar en otro episodio hiperinflacionario como los que el país padeció en 1989-1990.

Es imposible a esta altura estimar el resultado que tendrá este último experimento de la sucesión infinita de mutaciones que lleva el peronismo. Pero es evidente que la señora de Kirchner viene ejerciendo con decisión su poder de veto como accionista mayoritaria del FDT y mantiene la iniciativa en un contexto en el que la liga de gobernadores también jugó sus fichas para sostener a Juan Manzur en la Jefatura de Gabinete de Ministros. El tucumano cumple un papel fundamental: a partir de la reforma constitucional de 1994, su oficina tiene a cargo la ejecución del presupuesto, cuya ley aún no fue aprobada. El Gobierno tiene hasta el 15 de septiembre para enviar un nuevo proyecto al Parlamento, en el que deberá incluir muchas más precisiones de las que brindó Massa en su conferencia de prensa de anteayer. Eso será luego de otra fecha clave: a comienzos del próximo mes, el FMI debe decidir otro desembolso como parte del programa firmado el pasado otoño. Por eso el primer viaje del nuevo ministro será a Washington, para asegurarse de que no habrá sobresaltos por ese lado.

El proceso de desmantelamiento del otrora "superministerio" de Economía no había comenzado con el despido de Roberto Lavagna por parte de Néstor Kirchner en noviembre de 2005, sino mucho más temprano: las...

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