Alberto y Cristina, unidos por el espanto

Asunción del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner

No fue en vano el discurso de Cristina Kirchner el viernes pasado en el Chaco, cuando arremetió con todo su arsenal dialéctico contra el presidente Fernández y su equipo económico. Fue tan dura que obligó, por primera vez, a que se animen a responderle. El Presidente la acusó en España de no entender que estamos bajo una pandemia y de obstruir el gobierno y hasta dejó abierta la chance de dirimir esas diferencias en unas PASO. La situación de extrema debilidad que atraviesa su gobierno y su figura envistieron a Fernández de una valentía desconocida que, como un boxeador grogui por los golpes recibidos, comienza a tirar manotazos para defenderse contratacando y evitar así caer rendido.

Y así estamos todos, analizando qué dijo Cristina, hasta dónde le da la tela a Alberto para contestar e imponerse y observando a quienes se alinean de un lado o de otro, porque es muy atractivo analizar el juego de poder cuando éste se desarrolla dentro de los parámetros normales y jugarlo no implica que la gestión no consiga un solo resultado favorable, castigando con su impericia el bolsillo de la gente de a pie que siente que la política, o este juego de poder, es ajeno a sus intereses y que no resuelve ninguno de sus problemas.

Algún analista, periodista u observador, podría describir este momento del país de la siguiente manera: "La gente está muy mal… Por eso lo único que les pido es que nadie se haga la víctima, que acá la única víctima son los que no llegan a fin de mes, no tienen laburo, no tienen para darle de comer a los hijos y los tienen que llevar a un colegio de vuelta para que les den un plato de sopa o de carne". Sería una excelente descripción del pésimo momento por el que atraviesan gran parte de los argentinos, claro que la autora de semejante sentencia no fue un analista, periodista u observador, fue la misma Cristina Fernández de Kirchner, que gobierna nuevamente este país desde diciembre de 2019.

¿Hasta cuándo vamos a permitir que Cristina se desentienda de la gestión cuando las cosas salen mal? Por más que cargue las culpas en las malas decisiones de su "presidente electo" y de arrepentirse por ser demasiado generosa en dejarlo armar solo su equipo económico, Cristina también es responsable de esta situación. De hecho, en estas horas, es la presidenta en ejercicio hasta que Fernández vuelva de su insípida gira por Europa.

Por eso vale la...

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