Un ajuste que cambia la lógica de la política

Luis Caputo, ministro de Economía

Javier Milei no engañó en su discurso inaugural: en un anuncio varias veces postergado durante la tarde del martes, el ministro de Economía, Luis Caputo , le puso letra a la música del Presidente. Un ministro didáctico le explicó a la gente común que el problema esencial de la crisis económica consiste en los despilfarros perpetuos del Estado y no en la inflación o el valor del dólar, que son consecuencia del déficit fiscal.

Ese diagnóstico es significativo porque atará las manos de los actuales gobernantes en la distribución del dinero público. Una diagnosis en tal sentido no la hicieron nunca los políticos argentinos, que prefirieron, por el contrario, echarles la culpa a las góndolas de los supermercados por la inflación; es decir, a los empresarios. Es un radical cambio en la lógica política para analizar la economía. La letra de Caputo indicó que la Argentina camina rápido hacia uno de los más grandes ajustes económicos que haya vivido, perfectamente compatible con la descripción que el propio ministro hizo de la herencia recibida de la administración de Alberto Fernández , Cristina Kirchner y Sergio Massa .

Caputo la definió como la "peor herencia de nuestra historia", y reiteró que la emisión monetaria de los últimos cuatro años significó 20 puntos del PBI, una cifra monumental de dinero espurio . Le agregó la aseveración de que el anterior gobierno entregó una economía con una inflación al ritmo del 300 por ciento anual y una deuda pública de 400 mil millones de dólares, casi 100 mil millones más de la que recibió en 2019 de las distintas administraciones anteriores. Ya el economista Roberto Cachanosky había señalado que la herencia del último kirchnerismo solo era comparable con la crisis económica y financiera de 1890, que terminó con la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman y con la quiebra del entonces Banco Nacional. El vicepresidente, Carlos Pellegrini , asumió en lugar de Juárez Celman hasta 1892, fundó el actual Banco Nación, saneó las finanzas públicas y tomó decisiones necesariamente impopulares, pero que le abrieron paso al período más próspero de la historia argentina.

Sin embargo, Caputo afirmó que la herencia del albertismo es peor que la que dejó Juárez Celman hace más de 130 años. De paso, el ministro de Economía volvió a señalar (ya lo había hecho Milei) que la decadencia nacional comenzó hace 100 años, una imputación que incluye a los dos grandes partidos políticos del...

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