Agustín Alezzo: 'En la vida hay que pelear, no se puede vivir de otra manera'

Es uno de los maestros más destacados dentro del panorama teatral porteño, un director que desde 1968 produce con una notable constancia. Analizando la producción de Agustín Alezzo podrá observarse que le gustan los desafíos. Se acomoda a los grandes textos de la dramaturgia universal y, también, a materiales más contemporáneos y provocadores.

Por estos días se lo ve muy feliz. Logró montar una pieza que tiene en carpeta desde mediados de los años 80, La noche en que Fortimbrás se emborrachó, del polaco Janusz Glowacki. Las dificultades de producción que imponía ese montaje hicieron que su deseo se fuera postergando. Finalmente, el Complejo Teatral de Buenos Aires le dio la posibilidad de llevar a escena ese texto en la sala Sarmiento.

"Es una pieza muy rara -comenta el director. No se parece en nada a nada. Siempre la quise hacer, pero era un proyecto costoso. Es tremendamente experimental, al teatro comercial no le iba a interesar y ponerla en un espacio independiente significaba que perdiera muchos de sus valores. Necesitaba el apoyo de un teatro oficial y finalmente apareció."

La acción de La noche en que Fortimbrás se emborrachó se desarrolla en Noruega. "Un país con costumbres bárbaras", apunta Alezzo. El ejército se está preparando para invadir Dinamarca. Mantienen a un rey muerto, embalsamado, sentado en su trono, pero no dicen que ha muerto. Los que tomaron el poder sólo hacen tropelías y Fortimbrás, que es el heredero, vive borracho para que no se den cuenta de lo que realmente piensa; de lo contrario, lo matan.

"Esta pieza es una locura: es provocativa, divertida, irreverente, destroza a la política ¿Cómo se hace? El año próximo voy a cumplir 80 años y es una buena edad para seguir preguntándome cómo hago las cosas. No sé hacerlas, todavía. ¿No te parece que eso es bueno? Tengo que empezar a encontrar el tono, la forma. Encontré una, no sé si será la mejor, pero por lo menos me mantengo activo, vital. Eso es lo que quiero, si no me muero. Trabajar es el único remedio. Estreno este espectáculo y a fines de febrero comienzo a ensayar El invernadero, de Harold Pinter. No paro. No hay que parar." Agustín Alezzo dice esto con mucha serenidad y con una sonrisa que inspira mucha ternura.

La elección del director

El creador conoció tres obras de Glowacki en los años 80, a raíz de que la representante del autor, muy interesada en su trabajo, decidió acercarle sus dramaturgias. La lectura de los otros dos textos no lo provocó (uno de ellos...

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