La agresividad que se viene

La toma de la avenida 9 de Julio por un grupo de piqueteros ligados, sobre todo, a la organización Quebracho, ayer por la tarde, es un anticipo de la agresividad que caracterizará la campaña electoral. . No era parte de un conflicto, sino de una negociación. Se realizó en el .

Allí adentro se dialogaba sobre la actualización de las prestaciones asistenciales. El tumulto formó parte de una escenografía proselitista, más que de una contradicción entre funcionarios y dirigentes populares. repudió algunas de esas agrupaciones como integrantes de su Unidad Ciudadana. Pero se sirve de sus actividades. Para que su eslogan, "Así no se puede seguir", adquiera densidad, es indispensable . Que, al mismo tiempo, se esté negociando lo que se reclama es apenas un detalle.

El Gobierno quedó ayer en la encrucijada. Para desmentir el sadismo social que le imputan las distintas variantes de la oposición, podría mirar para un costado y desistir de imponer la ley en el espacio público. Con esa opción no conseguiría la cinta azul de la popularidad. Pero se ganaría el malestar de la mayoría, tomada de rehén por quienes se quejan por lo que todavía no les han negado. , además, tocó un nervio muy sensible: los piqueteros cortaron el carril del Metrobus, la herramienta sagrada del macrismo para llegar a los sectores populares. Se entiende, entonces, que la administración de la ciudad abandonara su posición hamletiana ante los cortes y desalojara la avenida. Para muchos de los que manifestaban fue la corroboración gozosa de un axioma: Macri es represor.

No debería sorprender que el juego electoral se volviera belicoso. La vida pública está ante una novedad estratégica. Al cabo de 30 años de unicato del PJ, en la provincia de Buenos Aires reapareció la competencia por el poder. La incapacidad de la oposición a ese partido para discutir la gestión pública y ofrecer una alternativa ha sido uno de los factores principales de la descomposición del conurbano, para castigo de los más desamparados. El avance de la droga, protegido o promovido por agentes del Estado, que ha sido la mutación más corrosiva de las últimas décadas, estuvo amparado por una larguísima ausencia de debate. Una de las incógnitas que podrían despejarse en octubre se refiere a las consecuencias de ese proceso. ¿El triunfo de Cambiemos sobre el aparato peronista en 2015 fue aleatorio? ¿O se trató de un cambio del comportamiento electoral como reacción frente a esa inercia decadente? Se trata de saber si...

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