Se agrava la crisis política de Dilma

RÍO DE JANEIRO.– La en Brasil se agravó ayer aún más. De un portazo, en medio de nuevas denuncias de corrupción por el escándalo de Petrobras, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, anunció su ruptura con el gobierno y dejó a la presidenta sin una red de seguridad en el Congreso ante un eventual proceso de juicio político.

"Si Dilma y el gobierno me quieren como enemigo, lo consiguieron. No habrá más tregua", afirmó Cunha, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal aliado del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), pero que llevaba meses desafiando a la administración con su propia agenda, casi autónoma de su fuerza política.

El anuncio colocó a Rousseff en una situación de altísimo riesgo: como presidente de la Cámara de Diputados, Cunha es el encargado de admitir o rechazar cualquier pedido de juicio político contra la presidenta, como impulsa desde hace tiempo la oposición.

Ante la profundización de la inestabilidad política generada por la decisión de Cunha, la Bolsa de San Pablo cayó 1,37% y el real sufrió una fuerte depreciación del 1,14% frente al dólar. No fueron buenas noticias para un país que está entrando en recesión (se estima que el PBI se reducirá este año 1,5%) y se sumerge cada vez más en una crisis económica con crecimiento de la inflación (9%) y del desempleo (8,1%).

El poderoso legislador, de perfil muy conservador y evangélico, apuntó que buscará que el PMDB como un todo abandone la coalición gubernamental, decisión que el partido deberá tomar durante su convención nacional, en septiembre próximo.

"Yo, personalmente, a partir de hoy me considero en ruptura con el gobierno. El presidente de la Cámara es ahora oposición. Como político y diputado del PMDB voy a pregonar que el partido salga del gobierno", adelantó Cunha.

Su ira estalló luego de que anteanoche se conocieron los testimonios que dio a la Procuraduría General de la República Julio Camargo, lobbista de varias constructoras acusadas de participar de un cartel para asegurarse contratos con Petrobras mediante jugosas coimas a directivos de la compañía y políticos oficialistas.

Según Camargo, ahora convertido en delator a cambio de una reducción en su condena, en 2011 Cunha cobró cinco millones de dólares para garantizar un negocio con buques-sonda. Las autoridades judiciales calculan que en desvíos similares la petrolera estatal perdió unos 2000 millones de dólares en los últimos diez años.

Cunha no tardó en...

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