Aerolíneas: negociaciones contra reloj para evitar un paro el fin de semana largo

Están como en una mesa de truco. Orejean las cartas que tiene el otro y nadie quiere jugar la primera. Dicho de otra forma: se desconfían. Así están los ejecutivos de Aerolíneas y Austral y los seis gremios que tienen convenios con las líneas aéreas y que, por estas horas, negocian la pauta salarial que regirá en los próximos meses. Entre reuniones y amenazas llegaron al último día antes del fin de semana largo.

Nadie jugó fuerte. Los sindicatos no anunciaron paro y la empresa no rompió la mesa de diálogo. Eso sí: . De hecho, ayer hubo muchos vuelos con retraso, pero todos lo atribuyeron a cuestiones meteorológicas que afectaron varios destinos.

Pero la nube de suspicacia no se despejó: en una operación que funciona con hechos coordinados en cadena cualquier traspié en un eslabón genera efectos sobre la noche. En Aerolíneas y en los sindicatos saben exactamente si el clima o la paritaria fue el responsable de las demoras. Pero ayer nadie jugó fuerte con acusaciones a la contraparte en la mesa.

Durante la tarde, la sede corporativa de la empresa, en la parte sur del aeroparque Jorge Newbery, fue el escenario de varias reuniones. Fue el turno de los equipos técnicos de los representantes de los diferentes gremios y de la compañía estatal. La negociación se posó en los efectos sobre los números de la línea aérea que representa la oferta. Se avanzó, en encuentros separados, con cada uno de los gremios en los que se les explicó el alcance de la oferta.

Justamente el contrapunto no sólo está en el porcentaje, sino en una de las secuelas que quedaron de la negociación del año pasado. Entonces, los gremios lograron una recomposición salarial de alrededor de 42 por ciento. Ese convenio firmado con la entonces presidenta de la empresa Isela Costantini tenía una cláusula que ahora se volvió en contra. Gran parte del aumento era no remunerativa durante 11 meses, pasados los cuales empezaría a sufrir descuentos como sucede con el sueldo de la mayoría de los trabajadores formales.

Esos 11 meses se cumplieron hace un mes y la consecuencia es que el sueldo de bolsillo resultó menor que el del mes anterior en el que no se tributó por ese monto. Ahora la empresa ofrece un 16% de aumento de sueldos más una cláusula gatillo que les asegura que si la inflación supera ese porcentaje los sueldos se moverán en sintonía. Para compensar ese dinero que antes se pagaba sin descuento -casi como si fuese un pago en negro- los negociadores pusieron sobre la mesa un bono...

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