ADN del crimen. República Cromañón, una tragedia derivada de la ambición de unos y la corrupción de otros

El interior del local, con los rastros de la devastación

La tragedia que derivó en la muerte de 194 personas que el 30 de diciembre de 2004 concurrieron al recital del grupo Callejeros en República Cromañón se gestó siete años antes. El 18 de julio de 1997, el boliche situado en Bartolomé Mitre 3060 había sido clausurado. La prohibición para que funcionara nunca se levantó. Así figura en el laberíntico proceso penal que, al cumplirse 19 años del incendio, está cerrado y sin ninguno de los 19 condenados presos.

A partir del hallazgo de este expediente fantasma quedó al descubierto que Cromañón nunca tuvo que haber estado abierto y que la clausura debía haberse concretado mucho antes que la fecha de vencimiento del certificado que emitía la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal sobre el correcto funcionamiento de los sistemas contra incendios, que había ocurrido veinte días antes de la tragedia.

Debido a la cantidad de acusados con distintos grados de responsabilidad en el incendio del boliche de Once, se realizaron cinco juicios orales. Uno de esos debates terminó con la condena a cuatro años y cuatro meses de prisión para un inspector del organismo del gobierno porteño que, en abril de 1997, era el que otorgaba las habilitaciones. Fueron 194 las víctimas mortales en Cromañón

Antes que Omar Chabán se hiciera cargo de República Cromañón con el objetivo de instalar un estadio para que compitiera con el Luna Park y Obras en la realización de recitales de bandas de rock, en el local de Bartolomé Mitre 3060 funcionaba una bailanta que se denominaba El Reventón, cuya titularidad estaba a nombre de una empresa que se llamaba Lagarto SA.

A nombre de dicha firma figuraba la solicitud de habilitación presentada para que funcionara un local bailable. Según se ventiló en el juicio realizado por el Tribunal Oral N° 27, en la carpeta N° 10.294 se rechazó la habilitación; en el expediente N°46.309 se clausuró el local y, sospechosamente, sin que se hubiera realizado mejora alguna en el inmueble, en la carpeta N° 42.855 se habilitó.

Durante el debate se determinó que los tres expedientes fueron presentados en fechas distintas y tenían un mismo objetivo: solicitar la habilitación del local que funcionaba en Bartolomé Mitre 3060. "Solo el soborno explicaba que el 14 de abril de 1997, en el expediente 10.294, el inspector señalase que el local no podía ser habilitado porque violaba las normas vigentes", sostuvo el fiscal Fabián Céliz, en su...

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