Adentro, el fútbol; afuera, el desmadre

Llegamos a tal punto en el fútbol argentino que ni siquiera se respetan las buenas propuestas de los equipos, las ideas renovadoras de los DT, las bondades de un torneo que nos permite estar más atentos, incluso, hasta de los partidos a los que no le brindábamos más de dos minutos de atención antes del furioso zapping. Son como fugacidades dentro de un panorama sombrío, en el que se conjugan el despropósito, la intolerancia, el ridículo. Con un agravante: el recrudecimiento de la violencia. Por los intereses de siempre, y por la ausencia, también de siempre, de la determinación de erradicarla.

El caso del referí Andrés Merlos fue como un inciso del desorden de afuera, pero focalizado dentro de la cancha. Decisiones bochornosas, actitudes desleales, seguridad con armas en medio del caos, excusas insólitas de que "estaba descargada", castigos anticipados por TV con mensajes subliminales, especulaciones de toda clase sobre si fueron errores garrafales involuntarios o no. Un reflejo de lo que sucede afuera. Con o sin Grondona la historia es la misma. O peor: no hay señales convincentes de querer cambiar lo que está mal.

Dirigentes que aprueban un cuestionable torneo de 30 equipos; algunos se arrepienten, pero sólo tras el fallecimiento del "dueño de la pelota". Pero se decide seguir adelante porque sería desprolijo volver atrás; en realidad, se volverá progresivamente atrás, haciendo más inentendible el cambio. Ahora bien, ¿cómo puede ser desprolijo algo que ya viene siendo un despropósito desde hace 35 años?

Independiente celebra una fiesta especial en La Rural. Son tiempos mejores que los que han pasado en el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR