Hubo acuerdo, a pesar de Cristina

Cristina Kirchner en Honduras

Una primera conclusión: el país es mucho mejor hoy de lo que era el jueves pasado, cuando vacilaba frente al precipicio. Un eventual default con el Fondo Monetario (situación que la Argentina, veterana en transgresiones, no ha experimentado hasta ahora) hubiera hundido al país y su sociedad en una crisis de profundidades desconocidas. Segunda conclusión: habrá un ajuste del gasto público y un límite para la emisión monetaria del Banco Central . Aunque falta todavía la redacción final de la carta de intención que el Gobierno le enviará al Fondo, lo cierto es que esas decisiones elementales se debían tomar, con acuerdo o sin acuerdo con el organismo multilateral. Ninguna economía puede carecer de una elemental hoja de ruta para solucionar sus desequilibrios. Y hay también una tercera conclusión (y no por eso la menos importante): el trámite de los últimos días demostró la nula influencia de la palabra de Cristina Kirchner en los organismos multilaterales y en el gobierno de Washington. Nunca fue tan disruptiva ni tan agresiva con los exponentes del poder en el mundo occidental y, sin embargo, las negociaciones no se trabaron en ningún momento. Sus diatribas fueron tan eficientes como ladrarle a la luna .

Ahora bien, ¿por qué se postergó la solución hasta último momento, hasta cuando ya se estaba a un paso del abismo? ¿Fue una estrategia? Cualquier presidente que hubiera asumido en 2019 debía renegociar en el acto con el Fondo. Lo reconoció el propio Mauricio Macri cuando dijo que él hubiera hecho un nuevo acuerdo en cinco minutos. Dejemos de lado los cinco minutos, porque son deducciones contrafácticas sobre hechos que no sucedieron, pero subrayemos su reconocimiento de que debía haber otro acuerdo con el organismo. Funcionarios cercanos a Alberto Fernández señalan que las negociaciones fueron siempre "muy difíciles y complicadas" y que hubo dos etapas en esas conversaciones. Una primera con una directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva , con gran poder y capacidad de comprensión, y otra luego, cuando ella atravesó las impugnaciones por decisiones que tomó sobre China como funcionaria en el Banco Mundial , antes de llegar a su actual cargo. También hubo un primer momento de un presidente norteamericano, Joe Biden , poderoso y fuerte, y otro después, cuando tropezó con su actual debilidad. "Entonces, el poder en el Fondo cayó en manos de los sectores demócratas más ortodoxos", dijeron esas fuentes en...

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