Yo me acuerdo: contar la historia como autobiografía

¿Recuerda qué hacía aquella mañana de septiembre cuando dos aviones con pilotos suicidas se estrellaron contra las Torres Gemelas? ¿Y aquel día de 1989 cuando el ejército chino reprimió a los estudiantes que se manifestaban en la Plaza de Tiananmen de Pekín?

Algunos acontecimientos sociopolíticos suelen quedar vinculados en la memoria individual con la escena en la que uno se encontraba inmerso en el preciso instante en el que sucedieron. A modo de ejercicio literario y siguiendo el camino trazado por el artista y escritor estadounidense Joe Brainard en su libro I remember y por el francés Georges Perec en Je me souviens, treinta autores reconocidos de veinte países narraron experiencias personales relacionadas con algún hecho histórico. El proyecto Me lo llevaré a la sepultura, del departamento de Literatura del Malba, reúne esos textos breves en su idioma original y en español. El resultado es una gran variedad de estilos y procedimientos, de miradas y de recuerdos.

Reunidas en tres volúmenes (dos están disponibles en ), las historias surgieron a partir de una consigna: los autores debían evocar un acontecimiento histórico del que hayan sido protagonistas. Los textos podían tener una extensión de entre una línea y una página. Entre los convocados para experimentar con esta forma breve de la autobiografía figuran Alexander Kluge, John M. Coetzee, Minae Mizumura, Goncalo Tavares, Mario Bellatin, Margo Glantz, Horacio Castellanos Moya, Laura Alcoba, Giovanna Rivero, Carlos Gamerro, Sergio Chejfec y Santiago Loza.

Kluge escribe sobre los días de la Guerra Fría: en septiembre de 1983 se encontraba en Venecia, junto con su familia, porque en el festival de cine de esa ciudad italiana se proyectaría su película El poder de los sentimientos. El film trata sobre la guerra y sobre la posibilidad de intuir que se avecina un conflicto bélico. En "El momento más peligroso de la Guerra Fría", Kluge cuenta que le consultó a un estratega militar sobre cuáles podrían ser las alternativas de escape en caso de que se desatara una guerra nuclear. La respuesta, como era de esperarse, fue desalentadora. "El peligro no proviene de las armas nucleares, sino del caos humano", concluye el escritor.

Surgido en el marco de la exhibición Memorias Imborrables, una selección de videos en los que se representa el concepto de memoria, el proyecto no establecía restricciones temáticas más allá de la evocación histórica. Excepto en dos casos (los relatos de Castellanos...