La actriz que hizo llorar a 45.000 espectadores

"Ahora que estás viejo y te estás por morir, si es que no estás muerto y no me di cuenta, si es que te vas a morir y yo nunca supe nada de vos, decime si vale la pena vivir". Esta frase, una de las más desgarradoras que se pueden oír en los escenarios porteños la dice Mía, el personaje interpretado por Paula Fernández Mbarak en Mi hijo solo camina un poco más lento. Hace cinco años que la actriz se sube a escena para interpretar a Mía, uno de los personajes más sensibles y fuertes de la escena actual. Este papel le valió premios, como el ACE a mejor actriz del teatro alternativo, viajó por el mundo, hizo más de 450 funciones y caló tan hondo en el público porteño que le sacó lágrimas a cuanto espectador se acercó a verla, unas 45.000 personas.Siempre es difícil precisar las razones por las cuales una obra se convierte en fenómeno. En este caso, un texto bellísimo del dramaturgo croata Ivor Martinic, una puesta realmente conmovedora de Guillermo Cacace, un horario matutino poco frecuente que posibilitó usar la luz que provenía de la ventana y un elenco que supo agregarle ese plus mágico, esa verdad incapturable que sienten los que la vieron. "Mi hijo solo camina un poco más lento ha sido muy importante para mí -cuenta Paula Fernández Mbarak-; primero porque me reveló ante la gente; segundo porque me reveló a mí misma algo muy profundo de mi ser actriz, algo que no sabía y entonces voy a estar eternamente agradecida con Guillermo Cacace, con Martinic, con mis compañeros y conmigo misma. Fue un proceso muy costoso, le fui sacando capas a Mía hasta dejarla lo más porosa, para que todos vean el interior de ella".Aunque sabe bien que esta carrera y este papel que le cambió la vida no se lo debe absolutamente a nadie, solo a ella misma por la tenacidad que tuvo desde siempre, por los viajes a escondidas para tomar sus clases porque su papá decía y repetía que en su casa bataclanas no, hay un germen que latía, pujaba por tomar protagonismo: su madre era lo que se decía actriz vocacional. Así que fue ella la que alentó, a veces en secreto, a veces de viva voz llevándola hasta el centro para ver alguna de las obras que brillaban en las marquesinas de la calle Corrientes. Juntas vieron Brujas, Drácula... nada del circuito...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR