Los abusos en Mendoza: una larga cadena de complicidades

MENDOZA.- ¿Habrá pensado en el jardín del edén el paisajista que diseñó este parque tan esmerado? Aquí, en el Instituto Antonio Próvolo de Luján de Cuyo, una escuela católica para chicos sordos, en medio de bosquecitos de cipreses, palmeras, rosas de todos los colores y primorosos jazmines enredados en glorietas de ensueño se guardó hasta hace pocas semanas uno de los secretos más terribles de la provincia.

Alumnos hipoacúsicos o no oyentes, con grandes dificultades para expresarse, fueron abusados sexualmente durante años. Chicos doblemente vulnerables, que no podían denunciar lo que vivían. Hoy están detenidos dos sacerdotes, un monaguillo y dos empleados.

El gran parque cuidado hasta el detalle, las macetas con malvones en flor y hasta la escultura de la Virgen María que parece bendecir con su mirada desde el jardín, todo contrasta con los testimonios que sacuden a la sociedad mendocina y reavivan las críticas contra la Iglesia por los reiterados casos de curas pederastas.

¿Fue en estas rejas del portón interno donde los hoy detenidos ataron a una alumna para turnarse en violarla repetidas veces? ¿Era ésta el área del albergue donde obligaron a ese alumno a forzar sexualmente a sus compañeros? ¿Es ésta la llamada Casita de Dios, suerte de capilla donde se cometían la mayor parte de los abusos? Los detalles surgen de relatos coincidentes entre los más de 23 ex alumnos que le han contado su historia al fiscal Fabricio Sidoti.

Cinco miembros de esta comunidad escolar -los curas Nicola Corradi, de 82 años, y Horacio Corbacho, de 55; el monaguillo José Bordón, y dos empleados, José Luis Ojeda y Armando Gómez- están presos en el penal provincial de Boulogne sur Mer. La magnitud del escándalo llevó al arzobispo de Mendoza, Carlos María Franzini, a emitir dos comunicados y a dar una conferencia de prensa en la que difundió medidas para enfrentar el problema que tanto daña la imagen de la Iglesia y en la que expresó el argumento central de su diócesis: el instituto pertenece a la Obra San José; sus autoridades no dependen del arzobispado, sino de la congregación religiosa con sede en Verona, y nada se sabía de los antecedentes de los sacerdotes.

Se entiende la premura en dar explicaciones. Mientras el papa Francisco habla de "tolerancia cero", la causa del Próvolo ya salpicó al arzobispado de La Plata: un ex alumno que declaró en Mendoza denunció abusos sufridos cuando era chico en la sede platense del instituto, donde se desempeñaba Nicola...

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