¿Abucheos? Quizás nos los merezcamos

RÍO DE JANEIRO.- Durante toda la primera etapa de su carrera, los mejores amigos de Lionel Messi fueron brasileños. Lo guió Sylvinho, lo adoptó Ronaldinho, lo acompañaron en la noche Deco y Thiago Motta y, ya años después, se hizo buen amigo de Neymar. Messi está presente en Brasil, donde muchísimos niños adoptaron su camiseta, la número 10? de la selección argentina.

¿Qué demuestra eso? Que brasileños y argentinos nos queremos y admiramos, que ni siquiera el fútbol puede plantear diferencias de vida o muerte. Si hasta Maradona elige a Pelé para confesarle sus dudas sobre Messi?

Nos queremos, entre otras razones, porque tenemos bastante más en común de lo que creemos. O queremos creer. A los argentinos toda la vida nos gustó sentirnos superiores, y de eso pueden dar fe mexicanos y españoles, brasileños y chilenos, colombianos y uruguayos. Y tantos otros. ¿Estarán todos complotados o habrá algo que hace que todos piensen parecido cuando tienen enfrente a un argentino?

¿Quiere decir esto que la silbatina en el Maracaná está bien, que hay que aceptar la agresividad local en el tenis y otros escenarios olímpicos estos días? ¿O que tantas encerronas en la Copa Libertadores pueden...

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