Los 70: el derrocamiento de Isabel Perón, un plan que comenzó seis meses antes

El helicóptero que lleva a María Estela Martínez de Perón partió de la Casa Rosada rumbo a Olivos, pero al llegar a Aeroparque descendió y la presidenta fue detenida

Ese martes, el 23 de marzo de 1976, que en realidad ya era miércoles porque habían pasado 50 minutos de la medianoche, la presidenta Isabel Perón quería volverse a Olivos en auto. Le dijeron que "por razones de seguridad" -una frase muy usada en la época- no era conveniente. Ascendió entonces a la terraza de la Casa de Gobierno y abordó el helicóptero H-02 Sikorsky, junto a su secretario privado, Julio González; el teniente de fragata Antonio Diamante, que era su edecán, y Rafael Luisi, jefe de la custodia.

Cerca del Aeroparque, los pilotos de la Fuerza Aérea le informaron que debían aterrizar debido a una falla mecánica. Al tocar tierra, los hicieron bajar del helicóptero y le dijeron a la Presidenta que estaba detenida. El general José Rogelio Villarreal, que estaba acompañado por el brigadier Basilio Lami Dozo y el contralmirante Pedro Santamaría, tal como se había planificado meticulosamente, tomó el manejo de la situación.

- ¿Se puede saber qué van a hacer conmigo?

-La vamos a trasladar a la residencia El Messidor.

-¿Y dónde queda eso?

-En la provincia de Neuquén.

-Pero yo estoy con lo puesto.

La Presidenta argentina María Estela Martínez de Perón, "Isabel", junto al ministro de Bienestar Social, José López Rega, el 5 de diciembre de 1974.

En El Messidor, un castillo de estilo francés, en Villa La Angostura, frente al lago Nahuel Huapí, la viuda de Perón estuvo presa siete meses, solo acompañada por su ama de llaves, Rosarito. Por intervención personal del almirante Emilio Eduardo Massera la trasladaron luego a una base naval en Azul. En octubre de 1978 fue llevada, a su pedido, a la quinta de San Vicente, lugar de descanso de Juan y Eva Perón, donde hoy está el mausoleo del general. El 12 de julio de 1981 los militares la liberaron y volvió a vivir a España.

La primera mujer que llegó a ser jefa de Estado en la Argentina solo vivió un tercio de sus actuales 92 años en el país: los primeros 22 años (hasta que se fue como bailarina a Centroamérica), los tres en los que fue vicepresidenta y presidenta (1973-76) y los cinco años que pasó presa. La conspiración para su derrocamiento se inició en septiembre de 1975. Mucho antes del 24 de marzo los militares resolvieron dividirse entre las tres fuerzas el poder en tercios, cada una con autonomía para llevar adelante la represión...

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