Al calor de la euforia militante, un discurso conciliador y medido

BRASILIA.- A las 20.05 estalló el búnker de , mientras afuera se desataba una lluvia torrencial y las gotas se confundían con las lágrimas de los militantes del PT que iban entrando al salón del hotel donde el oficialismo habría preparado todo con la ilusión de festejar la , en una cerradísima segunda vuelta.

Fue la primera explosión de alegría y desató el baile y los cánticos, que iban desde la celebración del triunfo hasta algunas chicanas para el candidato rival derrotado, Aécio Neves, hasta la burla a medios que consideraban opositores, como la revista Veja y la red O Globo. Con el 95% de las mesas escrutadas, dos puntos de ventaja eran todo para los petistas en ese momento.

La segunda conmoción llegó una hora y media después, cuando apareció el ex presidente sobre el escenario, prenunciando el inmediato ingreso de la jefa del Estado. Y unos 300 militantes comenzaron a moverse aún más frenéticamente para convertirse en una ola roja al ritmo del hit de campaña "Corazón valiente", como apodan a Dilma.

Con el "pouquinho" de voz que le quedaba después de la larga batalla electoral, Dilma marcó desde sus primeras palabras el sentido y la dirección de su discurso. Arrancó con un caluroso agradecimiento "al presidente" Lula, a sus aliados y " a todos los brasileños y brasileñas" sin excepción, en su carácter de vencedora de unas "elecciones históricas".

A partir de allí prometió abrir un espacio de diálogo y convocó repetidamente a la paz y a la unión ("no la unidad"), a construir consensos para afrontar "los cambios que Brasil necesita", para hacer una reforma política (que consideró prioritaria), para enfrentar "la corrupción y la impunidad", para "combatir con vigor la inflación", para retomar la senda del crecimiento económico.

Lejos de reforzar la confrontación que había signado el tono de la campaña, dijo que "en lugar de ampliar las divergencias" tenía la esperanza de que "la energía movilizada por todos al calor de la disputa sea canalizada para construir un nuevo tiempo, para encontrar puntos en común de entendimiento y así avanzar".

Anunció que enviaría un proyecto al Congreso para que convoque a un plebiscito sobre una reforma política de la que participen los políticos y las fuerzas de la sociedad civil. Aunque la tribuna se desgañitaba cantando contra los medios de comunicación críticos como probables destinatarios de algunos de esos cambios, la presidenta reelecta eludió el tema y no hizo mención a lo que algunos aquí dan por...

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