Poder absoluto a las mayorías

El país comenzó a ponerse anoche, http://www.lanacion.com.ar/1575791-sesion-diputados-reforma-judicial-de-cristina-kirchnerhttp://www.lanacion.com.ar/avance-sobre-la-justicia-t49250Es decir, un orden en el cual el poder de las mayorías es absoluto.Ese nuevo régimen será modelado por dos iniciativas. http://www.lanacion.com.ar/1575902-cristina-kirchner-inauguro-una-planta-pero-evito-hablar-del-debate-en-diputadoslos integrantes del Consejo de la Magistratura surjan de elecciones generales, postulados en la boleta de un partido. Por lo tanto, los jueces designados por esos consejeros deberán subordinarse a la fuerza política que obtenga más votos. El Gobierno se garantiza, de tal manera, que la independencia de la Justicia quede eliminada.Además, los ciudadanos que se sientan afectados en sus derechos tendrán limitados los amparos, sobre todo si se oponen a una decisión gubernamental. La esfera personal será, entonces, aplastada por el Estado.Ambos movimientos –el sometimiento de la Justicia a quien se haya impuesto en los comicios y el sacrificio de los derechos individuales en el altar del sector público– se realizan en nombre de la soberanía popular.La reforma es presentada como una "democratización", que interpreta la democracia como la dictadura de una mayoría. Del 54% de los votos que obtuvo en 2011, la Presidenta dedujo un programa: "Vamos por todo". Anoche ese programa era ejecutado por sus diputados.Esta concepción repone un viejo interrogante: ¿es soberano el pueblo o son soberanos los valores en que se fundamenta la democracia? El filósofo italiano Paolo Flores d'Arcais analizó ese dilema en un artículo publicado en el diario madrileño El País en febrero del año 2000. Y respondió: "En democracia, el consenso electoral, el principio de la mayoría, es importante, sí, pero no fundamental en el sentido etimológico de la palabra, no está en el fundamento de la democracia. Es la técnica ineludible del funcionamiento de las instituciones, pero su fundamento -mucho más irrenunciable, por lo tanto- está en otra parte: en el respeto a los derechos civiles de las minorías (hasta de esa minoría extrema que constituye cada uno de los disidentes), en el rechazo a cualquier xenofobia, en el antifascismo (un tema, este último, sobre el que volveremos). Sobre estos dos valores no hay mayoría que aguante: una mayoría (aun aplastante) que los rechace es, desde luego, mayoría, pero está ya fuera de la democracia. Es, democráticamente hablando, ilegítima".Flores...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR