Un teatro de operaciones políticas y judiciales

El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, irá a juicio oral. El vicepresidente, Amado Boudou, será investigado por enriquecimiento ilícito y negociaciones incompatibles con su cargo. Puede parecer un empate, pero no lo es. El referí no es imparcial y el líder de Pro, sobre quien pesa una acusación bastante endeble, pierde por goleada.Durante los últimos dos meses, cuando la economía comenzaba a flaquear, el Gobierno salió a jugar muy duro: Boudou fue autorizado para protegerse a sí mismo, aun cuando ello implicase arrojar por la borda al procurador Esteban Righi, al juez Daniel Rafecas y al fiscal Carlos Rívolo, que ayer finalmente fue reemplazado por su colega Jorge Di Lello.La presidenta Cristina Kirchner también ratificó que Hugo Moyano y Daniel Scioli seguirán siendo adversarios irreconciliables en la CGT y en la provincia.Pero Macri se llevó los ataques más sistemáticos: el Gobierno lo acusó de no gestionar los subtes; le fogoneó conflictos gremiales con los metrodelegados; le transfirió 33 líneas de colectivos; lo intimó a pagar más precio por depositar la basura en Buenos Aires -una forma de la Presidenta de enfrentar a Macri con Scioli y, según Macri, de ahogar a la Ciudad- y, ayer, el juez federal Norberto Oyarbide, el más funcional al kirchnerismo, decidió elevar a juicio oral la causa de las escuchas telefónicas.Oyarbide siempre prestó servicios políticos al Gobierno. Fue quien sobreseyó, sin investigar, al matrimonio Kirchner por enriquecimiento ilícito. Pero apenas seis meses después apretó el acelerador contra Macri, lo procesó por pinchar el teléfono de su cuñado -la única...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR