Unos 3000 agentes velarán por la seguridad

Desde hace casi tres semanas, una importante avanzada de agentes federales del legendario Servicio Secreto de los Estados Unidos desembarcó en silencio en la Argentina. Su objetivo es planificar, minuto a minuto, los movimientos que el primer mandatario norteamericano realizará en las 48 horas -o tal vez un poco más- que permanecerá en el país.

Los jefes del Servicio Secreto saben muy bien que los errores, por mínimos que sean, siempre se pagan muy caros: los casi 350 hombres que vigilarán cada paso de Barack Obama tienen prohibido fracasar. Junto a ellos estarán los grupos especiales del United States Marine Corps, más conocidos como "marines".

Estos hombres saben que la mejor arma que pueden manejar en estos casos es la previsión: conocer el terreno, cómo se mueve la gente del lugar y el grado de hostilidad que puede surgir en los momentos más imprevisibles.

Por eso en las últimas semanas están trabajando juntamente con la Policía Federal Argentina, la Policía Metropolitana y la Policía Federal porteña, que serán los responsables de la seguridad de Obama durante su visita al país.

Se estima que detrás de Obama y su familia habrá un pequeño ejército de 3000 hombres entre las citadas tres fuerzas de seguridad argentinas y los agentes federales norteamericanos.

Para el próximo miércoles 23, con la llegada de Obama, es posible que, por momentos, el tránsito en la zona céntrica porteña se convierta en un caos, pues los desplazamientos del presidente norteamericano implicarán numerosos cortes de calles y avenidas, tanto de día como por la noche.

En lo que los especialistas denominan el "primer anillo de seguridad" de Obama trabajarán rigurosamente el Servicio Secreto y los "marines".

En el perímetro más alejado lo vigilará la Policía Federal Argentina con el Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) y con los otros Grupos Especiales (GE). De los cortes y desvíos del tránsito se ocupará la Policía Metropolitana, la Policía Federal porteña y agentes de tránsito de la Ciudad.

Todos los traslados de Obama se realizarán siempre a bordo del Cadillac One, también conocido como "La bestia", que fue construido por la General Motors, en Detroit: más que una limusina de lujo parece un sólido tanque de guerra, pero con estilo.

Su estructura blindada -con puertas de aleación de acero y titanio de 20 cm de espesor- es capaz de resistir el ataque de francotiradores y hasta el impacto de un misil.

Además está cerrado herméticamente para evitar ataques...

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