La apuesta clara de Dilma: jugar en las grandes ligas

RIO DE JANEIRO.- Al comando del país que ya se ha convertido en la séptima economía mundial, Dilma Rousseff da cada vez más señales de que su gran objetivo es jugar en primera división en la escena internacional.Ya tuvo bastante simbolismo durante el viaje a Brasilia que su par norteamericano, Barack Obama, realizó el mes pasado. Apenas asumió Dilma, la visita de Obama le inyectó capital político internacional y le sirvió para dar una vuelta de página a una relación salpicada por roces durante los últimos años del gobierno de su antecesor y mentor, Luiz Inacio Lula da Silva.Aun así, Dilma no se privó de echarle en cara a Obama las trabas comerciales que Estados Unidos mantiene frente a productos brasileños; le reclamó un trato entre iguales, y hasta criticó el bombardeo a Libia, ordenado desde suelo brasileño.Hoy, al concluir su gira por China, la presidenta llega a Brasilia tras haber sellado multimillonarios acuerdos de comercio e inversiones; con el reconocimiento de un jugador clave del nuevo peso internacional que tiene Brasil y con una fuerte exposición pública mundial en la cumbre de los principales países emergentes, los del BRIC (Brasil, Rusia, la India, China y ahora Sudáfrica)."China atribuye una alta importancia a la influencia y al papel que Brasil, como el mayor país en desarrollo del hemisferio occidental, ha desempeñado en asuntos regionales e internacionales, y apoya la aspiración de desempeñar un papel más prominente en las Naciones Unidas", subrayó un comunicado conjunto difundido por Dilma y el presidente chino, Hu Jintao, en una declaración que fue música para los oídos del Palacio de Itamaraty.Más respaldo no podría haberse esperado de China, que junto con Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia forma parte de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Al igual que Japón, la India y Alemania, Brasil sueña con incorporarse a ese selecto grupo, cuando los "cinco grandes" acuerden reformar el órgano de la ONU.Mientras tanto, Dilma no pierde el tiempo en forzar un respaldo explícito de Estados Unidos -que no se dio con la visita de Obama- y pone sus fichas en Asia, en sus otros socios esenciales, los chinos y los rusos.De hecho, China sobrepasó a Estados Unidos como principal socio comercial de Brasil, con un intercambio que el año pasado alcanzó los 56.000...

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