Vélez lo hizo muy fácil

CARACAS (Especial).- Nada más fue cuestión de acomodarse. Sacó conclusiones de un rápido vistazo. Dudó un poco en los primeros minutos, es cierto, pero después descansó entre notorias diferencias. Vélez asumió el compromiso, dependió de sí mismo y, como remate, avanzó a los octavos de final con cierta holgura. Tras ganarle a Caracas por 3-0, ya estudiará el tablero de la Copa Libertadores. Primero estará el desafío ante Colón, el domingo, por el Clausura, en el que también depende de sí mismo. Como si faltara alguna prueba más de que se siente dueño de su recorrido.Las victorias lo potencian y disimulan, si es que la hay, la tensión de los músculos. Vélez le hace frente a los rivales y al cansancio, si es que lo siente. Cauto, con palabras medidas y ademanes firmes. Reserva piezas o les saca el jugo, según el momento. De estrategias también se vale. Y lo comprueba en cada corrida.Si bien se propuso moverse con calma, hubo síntomas de nerviosismo al principio. Incluso entre aquellos de más experiencia. Como en aquella salida de Zapata: perdió la pelota cerca de su área, pero los venezolanos fallaron en la definición con un centro que cruzó el área. Con el movedizo Barahona como abanderado, entre las virtudes de Caracas quedó para subrayar el despliegue y los anticipos para quedarse con las pelotas divididas en el medio campo.Vélez supo afirmarse en la solidez individual en los peores momentos. Eso lo sacó a flote cuando los venezolanos se mostraron rápidos y punzantes. Se sostuvo con el prolijo trabajo de Domínguez y Canteros. Y tomó la ansiada distancia con el desequilibrio de Martínez y el oportunismo de Moralez: tras un desborde perfecto del Burrito, el N° 10 anotó con un remate de aire que picó y se coló en el ángulo. Lo más importante estaba hecho.Cualquier definición le sentó a partir de entonces: aplomado e inteligente. Son, a la larga, los adjetivos que suelen volverse determinantes en la Copa Libertadores. Ni que hablar con una clasificación en juego. Caracas corrió demasiado y se insinuó con peligro. Vélez soportó en su momento. También inquietó cuando pudo, claro. Y hasta tuvo el toque de fortuna necesario...

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