A 175 días de la llegada de un nuevo gobierno

Faltan menos de seis meses para que asuma el nuevo gobierno. Poco tiempo en un país normal, una eternidad en la golpeada economía argentina. Hay muchas preguntas tanto para el corto como para el mediano plazo. Intentaré aclarar algunas cuestiones.

Inflación y actividad. Claramente, la inflación se ha acelerado y a pesar de ello el nivel de actividad se ha sostenido bastante bien. De hecho, repuntó luego de la caída observada durante los últimos meses de 2022. ¿Es esto extraño? Para nada, incluso si ponemos el foco en los episodios extremos que terminaron en hiperinflación.

Por ejemplo, el PBI ajustado por estacionalidad en el segundo trimestre de 1975 era similar al de un año antes, a pesar de que la inflación pasó de un promedio mensual de 3% a uno de 11%. Algo similar se observó a finales de los 80: la economía creció desde el primer trimestre de 1987 hasta igual período de 1988, a pesar de que la inflación mensual pasó de 7% a 11%, y recién empezó a desmoronarse en el segundo trimestre de ese año, pero ya con un índice de precios que coqueteaba con el 20% mensual.

El empleo total muestra un patrón similar de comportamiento. En 1975 era algo mayor que en 1974, mientras que se estancó en 1976 y aumentó en la década siguiente, hasta mediados de 1989.

Ello no significa que la inflación al 8% mensual no pase en algún momento la factura. Pero no es inusual que haya períodos de inflación en ascenso con niveles de actividad y de empleo que se sostienen o que, incluso, mejoran.

De todas maneras, es difícil que la actividad no se resienta en los próximos meses. La economía está golpeada por la sequía y las restricciones a las importaciones y hay un impacto de la inflación en el ingreso de los trabajadores informales. Tampoco parece posible que la inflación baje del escalón de 7 a 8% mensual, porque las necesidades de emisión para el fisco aumentan en el segundo semestre, y porque parte de la deuda local que vence con privados se monetizará para evitar un incumplimiento.

"Es difícil que la actividad no se resienta en los próximos meses. La economía está golpeada por la sequía y las restricciones a las importaciones y hay un impacto de la inflación en el ingreso de los trabajadores informales"

El déficit fiscal. Parece haber más consenso que en otros momentos de la historia argentina acerca de la necesidad de balancear las cuentas fiscales y de reducir el peso que el desequilibrio genera sobre la emisión monetaria (la llamada "dominancia fiscal")...

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