Sudáfrica hoy: mejor que ayer, pero lejos de la 'nación arco iris' que soñó Mandela

" http://www.lanacion.com.ar/1576351-coetzee-un-sobreviviente-de-la-censura-deslumbro-en-la-apertura-de-la-muestra." Con ese agudo juicio sobre su país, el Nobel de Literatura sudafricano J.M. Coetzee cerró su discurso en la última Feria del Libro, en Buenos Aires.Casi dos décadas después de haber tumbado uno de los sistemas políticos más crueles y discriminatorios de la historia, Sudáfrica es hoy un mejor país que el que fue en tiempos del apartheid. Mejor, pero aún lejos de esa "nación arco iris" que soñó ."Mientras http://www.lanacion.com.ar/1645241-el-funeral-de-nelson-mandela-sera-el-domingo-15-de-diciembre-en-qunu, deberíamos rezar también por nosotros mismos, una nación que, moralmente, perdió su brújula", advertía, hace unas pocas semanas, un editorial del diario local Sowetan.En 1994, cuando Sudáfrica logró una transición pacífica de un sistema regido por la discriminación racial institucionalizada a una democracia moderna, se convirtió en un modelo por seguir para todo un continente acostumbrado a golpes militares, injusticias y un futuro siempre incierto.De allí en más, el país conquistó impensables victorias de las que jactarse: consolidó un sistema democrático estable, en el que se celebran elecciones libres y de cuya transparencia nadie duda; apañó una justicia independiente, que trabaja sin injerencia del Ejecutivo y, tras décadas de censura, recuperó la libertad de expresión, gracias a una prensa crítica y autónoma.Tras varios años de un crecimiento económico sostenido, además, fomentó la emergencia de una clase media urbana multirracial, con capacidad de pagar a sus hijos escuelas de calidad.Pero, aunque lejos de su pasado ignominioso, la nueva Sudáfrica es todavía una sociedad en estado de metamorfosis violenta, que no logra enterrar de una vez y para siempre la pesada herencia de la política de exclusión llevada a cabo por la minoría blanca bajo la tutela británica, primero, y bajo el infame apartheid a partir de 1948, después.Ya lo advertía el propio Mandela, cuando, poco después de convertirse en presidente, expresaba que pasarían "muchos años para superar los efectos de las leyes racistas".Lejos del camino de reconciliación que Madiba forjó, las tensiones sociales se acumulan en la actualidad debido, en gran parte, a que la primera potencia africana es también el país que tiene el mayor coeficiente Gini del mundo, que mide la desigualdad económica de una...

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