Las sorpresas que depara el nuevo hallazgo cósmico

A pesar de sus similitudes con la Tierra, la familia de Trappist-1 (siglas en inglés del Transiting Planets and Planetesimals Small Telescope, de Chile) también tiene rasgos muy distintivos.

A diferencia de lo que se venía haciendo, en 2010 el equipo internacional empezó a monitorear estrellas pequeñas de las cercanías del Sol. A principios del año pasado publicaron la detección de los tres primeros planetas de Trappist-1 y decidieron apuntar telescopios terrestres y espaciales hacia ellos durante más de un año. Así, Michael Gillon y los 29 colegas que firman el trabajo publicado ayer por Nature lograron averiguar algunas de sus numerosas peculiaridades.

Entre ellas, los autores destacan que se trata de un sistema planetario extremadamente compacto, chato y ordenado.

«Los seis planetas interiores tienen períodos orbitales de entre 1,5 y 13 días -explica Ignas Snellen, del Observatorio de Leyden-. Son todos casi «resonantes». Es decir, que en el mismo tiempo que tarda el planeta más interior en completar ocho órbitas, el segundo, tercero y cuarto dan cinco, tres y dos vueltas a su estrella, respectivamente. Esto hace que los planetas tengan influencia gravitatoria periódica entre ellos.»

Por otra parte están tan juntos, que Mercurio, el planeta más interno del Sistema Solar está seis veces más lejos del Sol que el más...

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