La resistencia del mundo de la cultura, otro dolor de cabeza para el gobierno de Temer

RÍO DE JANEIRO.- La recesión económica no es el único gran problema que desvela al . En su primera semana en el cargo, la resistencia de artistas e intelectuales a su gobierno se ha vuelto un fuerte dolor de cabeza que amenaza con generar una verdadera guerra cultural.

La revuelta comenzó con el anuncio de Temer de eliminar el Ministerio de Cultura (MinC) para transformarlo en una secretaría del Ministerio de Educación, con el fin de reducir de 32 a 22 el número de carteras de su gabinete. Fue la medida que colmó la paciencia del mundo artístico, siempre más cercano al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) y, por ende, a la presidenta Dilma Rousseff, ahora suspendida por 180 días mientras enfrenta un juicio político por manipulación de las cuentas públicas. Se decidió entonces pasar a la acción, ante la pasiva mirada de sindicatos y movimientos sociales, que habían prometido una dura oposición al gobierno "golpista", pero no consiguieron mayor movilización.

El lunes pasado, en el Centro de Río de Janeiro, más de un centenar de manifestantes -artistas jóvenes y estudiantes- invadió el Palacio Gustavo Capanema, edificio icónico de la arquitectura moderna, ex sede del antiguo Ministerio de Educación y Cultura cuando Río era la capital brasileña.

Los ocupantes recibieron de inmediato el apoyo de grandes figuras de las artes brasileñas: desde los músicos Caetano Veloso, Gilberto Gil y Chico Buarque hasta los escritores Milton Hatoum, Eric Nepomuceno y Marcelo Rubens Paiva, pasando por los cantantes Djavan, Fernanda Abreu, Zeca Pagodinho y Frejat, el cineasta Cacá Diegues, el pintor Carlos Vergara, el poeta Augusto de Campos, y los actores Fernanda Montenegro y Wagner Moura.

Pronto, el movimiento OcupaMinC se extendió por una veintena de las principales ciudades del país, que replicaron la acción en Río con tomas de los más diversos edificios culturales. Las muestras de repudio de los artistas llegaron incluso al Festival de Cine de Cannes, donde la presentación de la única película brasileña en competencia, Aquarius, de Kléber Mendonça Filho, se convirtió en un manifiesto político: el elenco del film, encabezado por la actriz Sonia Braga, musa máxima del cine brasileño, alzó carteles que denunciaban el "golpe".

"No reconocemos ninguna decisión tomada por...

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