Música argentina made in USA

El contrabajista Pablo Aslan y el pianista Emilio Solla forman parte de esa camada de músicos argentinos que viven en el exterior y que son convocados para interpretar sus trabajos en nuestro país. La Sinfónica Nacional, con sus renovados aires y ciclos, tiene la posibilidad de llamar a artistas con largas estadas en Europa y los Estados Unidos, como Daniel Binelli, Marcelo Nisinman y Gerardo Jerez Le Cam, para que traigan sus composiciones, o a Facundo Agudín para que, con bastante frecuencia, venga a dirigir. Este año se da la coincidencia de dos que viven en Brooklyn, Estados Unidos. Emilio Solla trae dos obras propias para interpretar con trío de jazz y la Sinfónica Nacional, hoy, a las 20, en el CCK. Pablo Aslan fue convocado por la Usina del Arte para un rarísimo proyecto sobre Osvaldo Pugliese (mañana, a las 20, y el viernes que viene, a las 20.30, en la Usina del Arte) en la línea de otros que allí se encargaron, como Cuchi Leguizamón por Guillermo Klein y Mariano Mores por Diego Schissi.

La mayor coincidencia que Aslan y Solla tienen (además de vivir en el mismo barrio durante la última década) es que son amigos y colegas porque tanto en este caso como en muchos otros cada uno participa en los proyectos del otro. Zafaron de la tormenta de nieve que azota a Nueva York, pero no del caos del tránsito porteño. Aslan lleva 37 años radicado en los Estados Unidos, está casado con una norteamericana y tiene tres hijos estadounidenses e hinchas de River ("lo normal", dice mientras levanta el brazo para llamar a la moza y pedir el segundo café con leche).

Solla lleva 20 años fuera del país. Pasó los primeros diez en Barcelona y desde hace una década se autodesafía en la agitada vida musical neoyorquina. "Un día, cuando sentí que ya había hecho lo que quería, pensé que si lo que me divierte, lo que me hace estudiar, es un lugar donde el agua me pasa el cuello, ¿por qué no Nueva York? Y hacia ahí fui", dice.

"Y yo me fui en el 80 de acá -recuerda Aslan-. Como era muy amigo de Andrés Calamaro, siempre me pregunto qué habría hecho de haberme quedado. ¿Me habría ido para el lado del tango o habría sido el bajista de Andrés?" Con Emilio tienen la misma afinidad: "Somos del mismo palo, tenemos los mismos ideales", dice. Este nuevo punto de encuentro se da porque lograron que coincidiera el estreno latinoamericano con orquesta de las obras de Solla -el malambo Ñandú y Astoriana, uno de los tres movimientos de una suite que el pianista dedicó a Ástor...

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