Es un caso especial, dicen en la Casa Rosada

Luego de las últimas novedades de la paritaria docente nacional, no quiso hacer una interpretación pública sobre la oferta de aumento a los maestros y el impacto en los demás sectores que negociarán sueldos. Sin embargo, altos funcionarios de la Casa Rosada dejaron entrever, a regañadientes, que aunque pueda ser una señal de cierta tolerancia.

La explicación más realista consistía ayer en los pasillos de Balcarce 50 en que un aumento en salarios mínimos docentes de 6060 pesos, que pasarían a ser de 8500, no pueden compararse con otros sueldos en sindicatos con haberes sustancialmente mayores. Además, la Casa Rosada no debía solucionar sólo un problema sindical sino uno político: el comienzo de las clases.

El propio secretario general de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, del sindicato de gastronómicos, dio la misma interpretación que el Gobierno. "No tiene nada que ver la paritaria docente con la otros. Nosotros en gastronómicos tenemos sueldos de 12.000 o 14.000 pesos y un 40% no sería viable porque no resiste la economía", aseguró el histórico dirigente a LA NACION.

"Además siempre sostuve que los maestros, los policías y las enfermeras tienen que estar bien pagos", dijo Barrionuevo.

En el entorno del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, descartaron que las paritarias docentes impliquen una señal de cambio en la estrategia del Gobierno. Como se recordará, el titular de la cartera laboral había dicho hace dos semanas que la Casa Rosada buscaba un techo en la negociación de un 25%, que coincide con la meta de inflación oficial. Luego de ello, muchos dirigentes gremiales salieron al cruce para indicarle que otras centrales sindicales no aceptarían negociar por debajo...

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