Eficacia baja: por qué se ven pocos goles y partidos cerrados

La Copa América generaba, en la previa, un atractivo especial por la cantidad de figuras y el potencial equilibrado hacia arriba. Muchas veces, incluso haciendo referencia a años anteriores del torneo argentino, se hablaba de un equilibrio dentro de la mediocridad, una competitividad que generaba emociones hasta la última fecha, pero que eso no era sinónimo de buen fútbol. Por fortuna, la tendencia se fue modificando en ámbito local con propuestas renovadoras, más ofensivas. A más riesgo, más situaciones, más emociones. Con este torneo sucede algo intermedio. Porque horas antes del comienzo la gente podía frotarse las manos esperando un emparejamiento hacia arriba, un equilibrio potenciado. Por la cantidad de goles que sumaban entre Messi, Agüero, Higuaín, Tevez y Di María; porque Brasil venía de 11 partidos invicto hasta que perdió con Colombia; porque hasta José Pekerman no tuvo miedo en reconocer que Colombia llegaba como candidata, porque Chile prometía una voracidad y estilo made in Sampaoli, dispuesto a explotar la mejor camada de futbolistas chilenos; porque Brasil es un gigante dormido y tenía a Neymar, porque Uruguay siempre complica y dio batalla sin Luis Suárez. En ese contexto, Perú aparecía como una de las cenicientas y Paraguay como una incógnita, aunque eran más los que desconfiaban del proceso de Ramón Díaz de los que se animaban a apostar por esta realidad. Pero mientras los semifinalistas calientan motores, los goleadores del torneo son Paolo Guerrero (Perú) y Arturo Vidal (Chile), con 3 tantos cada uno. ¿Por qué no se vieron muchos goles en la Copa América? Hay varias razones.

Resultados cerrados. Salvo el 5-0 de Chile sobre los suplentes de Bolivia, casi todos los resultados se definieron por penales o por las mínimas diferencias. Luego se pueden destacar el 3-1 de Perú a Bolivia y… poco más. Es raro porque emociones hubo en la Copa América, pero la eficacia en líneas generales está por debajo de lo proyectada.

Se falló más de lo que se acertó. La eficacia está en baja. Si tomamos como referencia a los cuatro semifinalistas, la Argentina es la de mayor déficit en ese rubro, con apenas un 6,6 % convertido en función de la cantidad de remates (60). El que mayor rédito le sacó a los intentos fue Chile, con una eficacia del 21,1 %. Remató 52 veces e hizo 11 goles. Perú probó más veces que Paraguay (38 contra 35), pero la puntería guaraní es superior (14,2 % contra 13,1 %). La Argentina tiene el promedio de gol más bajo (1)...

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