Curar es más caro: el sector privado de la salud, entre el reclamo y la crisis

Con las copas en alto, el deseo se expresa a viva voz: "¡salud!". Los encuentros festivos son, muchas veces, la oportunidad para manifestar el anhelo de ese bien invaluable desde el punto de vista humano. Pero procurar, mantener y recuperar el buen estado de salud de las personas es una tarea con costos económicos en alza, que en los últimos años provocaron varios conflictos como el que por estos días atraviesa el sector de los prestadores privados. Los problemas de financiamiento encuentran su causa más visible en la inflación, pero tiene también algunas raíces más profundas.

Según coincidieron en señalar varios referentes de la actividad consultados por LA NACION –y aunque muy poco se hable de ello– para garantizar recursos de manera sustentable, no perder el tren de los avances, coordinar los esfuerzos de los diferentes subsistemas y evitar que todo recaiga en los bolsillos de los afiliados –en el caso de las prepagas– será necesario revisar aspectos del diseño del sistema y de las regulaciones dispuestas en los últimos años, que en varios casos obligan a dar más prestaciones sin prever de dónde saldrán los recursos.

Mientras los afiliados a la medicina privada recibían sus facturas con una suba de la cuota del 7% –el tercero en el año, después del 4% de marzo y del 6% de junio–, en los últimos días asomó otro síntoma de una situación que para varios es crítica. El acuerdo por la recomposición salarial de los trabajadores de la sanidad, que fijó una mejora del 32% en tres tramos, no fue firmado por una de las entidades negociadoras por el lado de los empleadores: la que nuclea a las clínicas cuyos ingresos dependen de las prepagas, porque son propiedad de esas empresas o porque gran parte de sus pacientes son afiliados a ellas.

Las prepagas pretenden, para avalar el convenio (que de todas formas deberán cumplir si el Ministerio de Trabajo lo homologa), que en forma previa el Gobierno autorice ajustes de cuotas para aplicar en los próximos meses, de tal forma de compensar los mayores costos (la suba salarial prevista es de 18% desde julio pasado, 10% en noviembre y 4% en febrero de 2016). Las alzas que ya hubo este año, dicen en el sector, sirvieron para absorber un encarecimiento de la atención médica que se había dado antes y que no ocurre, claro está, sólo por los salarios. Según datos de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados (Adecra), el costo total de la salud subió en 2014 un 39,2%, mientras que la mejora de los aranceles a los prestadores, que replicó el nivel de alza de cuotas, fue de 28,6% en el año. En esa entidad señalan que, luego de que entre 2005 y 2007 los aranceles médicos tuvieron una recuperación tras el cimbronazo que produjo la devaluación de 2002, desde 2008 los valores se actualizaron muy por detrás del alza de costos.

Un informe preparado por Hugo Magonza, presidente de la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (Acami), la entidad que representa a las entidades sin fines de lucro como los hospitales de colectividad, indica que desde enero de 2012 el valor de la cuota promedio de los planes subió un 139,4 por ciento. Para ese período, los...

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