Cirugías íntimas: el centro del placer femenino, en el espejo

Nunca nos pudimos acostumbrar a llamarla por su nombre. Desde hace siglos se han inventado toda clase de eufemismos para mencionarla, disfrazándola y comparándola con una multitud de objetos de formas y características similares. En todos los idiomas y en todas las culturas. Fue ignorada, negada y difamada, y desde el fondo de los tiempos todas las disciplinas -el arte prehistórico, la mitología, la filosofía, la psicología, la literatura, el cine, la medicina- se han ocupado de ella. Aún es un tabú, y como casi no sucede con ningún otro órgano del cuerpo humano sigue rodeada de mitos, prejuicios y falsas creencias. La generación actual de mujeres ya no se refiere a ella como "allí abajo". Sin embargo, cuesta decir vagina.

"Es el centro del placer sexual femenino, el lugar de creación de la humanidad y el canal de su nacimiento", dice Catherine Blackledge en Historia de la vagina, un territorio virgen al descubierto, libro en el que explora el modo en que los genitales femeninos han sido interpretados (y malinterpretados) a lo largo de los siglos. Pero, junto con los avances científicos, no sólo hay un conocimiento preciso de las funciones de los genitales femeninos, su estructura y el papel dinámico que desempeña la vagina en el placer sexual.

Ahora, el deseo de tener una "vagina perfecta" ha llegado a los quirófanos, aunque no por una necesidad relacionada con la salud. Durante los últimos tres años, de acuerdo con estadísticas del Hospital Italiano, se han triplicado las consultas sobre las cirugías íntimas. Nunca antes se había recibido en los consultorios a tantas mujeres dispuestas a someterse a las crueldades del bisturí con un mismo pedido: mejorar la imagen, la forma y hasta el color de su órgano sexual.

Los profesionales piden cautela. Dicen que este tipo de cirugías puede traer serias complicaciones -quemaduras, raspaduras en el capuchón del clítoris o derivaciones de una mala cicatrización- e incluso, contra la fantasía de muchas mujeres, una atenuación del deseo sexual.

El peso de la pornografía

"Muchas mujeres llegan con una revista porno en la mano como modelo de sus aspiraciones -señala Claudia Marchitelli, jefa del sector de patología vulvovaginal e infecciones ginecológicas del Hospital Italiano-. Con raras excepciones de mujeres que padecen hipertrofia de los labios menores u otras patologías, les explicamos que la forma de su órgano es normal, que no requieren de ninguna clase de intervención y que, esencialmente...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR