Carta de los lectores

El Ejército en la villaCon profunda consternación he leído que soldados del Ejército Argentino están abriendo calles, limpiando cloacas y creando espacios comunitarios en una villa de emergencia. Sin desmerecer de ninguna manera a los civiles que realizan esas tareas, me llena de vergüenza que personal del Ejército esté abocado a trabajos que deberían realizar los propios interesados, bajo la supervisión de civiles idóneos que puede proveer la constructora que maneja Hebe de Bonafini. ¿Cuántas humillaciones más deberán soportar los militares por haber luchado contra las organizaciones guerrilleras? ¿Cuándo se oirá alguna voz valiente en la oposición que se atreva a decir lo que es políticamente incorrecto?Silvia ScarpinoDNI 3.982.631SketchAnteayer disfruté en televisión del más desopilante sketch: el dirigente Luis D'Elía, aquel del "odio a los blancos, odio a la p... oligarquía, te odio Peña (Fernando), ¡te odio!", clamando por "amor, amor, amor", desaforadamente.Carlos Alberto Finkelmailto:caralfink@yahoo.com.arInundadosAlgunos políticos no hacen más que hablar de que ellos están para pensar "en la gente". Yo no sé si alguien de la gobernación de Buenos Aires piensa en la gente de Daireux, Lincoln, Bragado y tantas otras localidades de la provincia, aisladas por falta de obras, de caminos y de ayuda para socorrer a poblaciones que están totalmente abandonadas en medio del drama de las inundaciones. Días atrás cedió el puente de Arroyo Verde y se cortó la ruta 3. Luego se informó que el problema fue subsanado, pero no escucho al gobernador y su gente hablar de esto o recorrer las zonas, aunque sea para saludar desde el aire.Sofía Laferrèremailto:slaferrere@fibertel.com.arEclipse de seguridadAyer a la madrugada decidí contemplar un formidable fenómeno natural, el eclipse lunar. No me importó perder un poco de sueño. Caminando de vuelta hacia mi hogar vi una pareja acercándose y, sonriente, pensé -en mi inocencia- hacer algún comentario acerca de lo que acababa de disfrutar. Y sí, qué inocencia. El hombre sacó un revólver y la mujer vació mis bolsillos. No pude evitar pensar que el Sol, la Luna y la Tierra se habían alineado y cómo la Tierra inundó de sombras la Luna. Y entonces el eclipse ya no era tan formidable. Como otras veces que me robaron en la vía pública, también se eclipsó una parte de esa inocencia que me hace caminar tranquilo por la calle. Y pensé cómo un país con tanta luz propia se ha dejado caer en las penumbras una y otra vez, por los...

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