El mito de la televisión pluralista y de calidad

El kirchnerismo construyó en esta década una maquinaria mediática y cultural muy eficiente en la construcción de mitos. La creatividad de sus publicistas y la repetitiva insistencia de su aparato de propaganda lograron instalar en el imaginario popular algunas creencias que se deshilachan apenas se ponen en contacto con la realidad.Uno de esos tantos mitos sostiene que otro "éxito" de la década ganada fue la construcción de una televisión pública pluralista y de calidad, al más tradicional estilo europeo. Esa afirmación tuvo incluso el respaldo teórico de algunos núcleos académicos kirchneristas que declaman sobre el derecho a la comunicación y la información mientras en el país el Estado vulnera diariamente ese mismo derecho al manipular los digital terrestre (la grilla que acaba de incluir a la también estatal Russia Today), la arbitraria distribución de la pauta oficial, la persecución impositiva, los condicionamientos legales o la intervención directa de comisarios políticos.Contra esa creencia, el gubernamental Canal 7, o TV Pública Digital según el más reciente rebranding, está muy lejos de ser una televisora pública. Igual que en otras épocas, sigue siendo un instrumento al servicio del poder de turno. Aunque en este ciclo histórico tiene la particularidad de no estar propiamente al servicio del gobierno, ni siquiera del partido gobernante, sino directamente de las más radicales facciones de ese oficialismo. Y muy lejos del pluralismo político...

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