Washington está atenta a la Argentina del 11 de diciembre

WASHINGTON-. El ballottage que se lleva a cabo hoy reavivó la esperanza en la capital estadounidense sobre un posible acercamiento al país tras 12 años de hostigamiento por parte del gobierno kirchnerista. Todavía recuerdan en los principales organismos de esta ciudad el "no al ALCA" de la Cumbre de Mar de Plata, episodio que acaba de cumplir una década y que significó la última vez que un presidente de los Estados Unidos tocó suelo argentino. Desde entonces ningún funcionario de alto rango llegó desde la nación del Norte.

Pero eso podría cambiar. Delegados de organismos clave en la relación bilateral se entusiasman con que la Argentina pueda acercar posiciones tanto con los Estados Unidos como con las entidades internacionales de crédito e intentan mostrar buena predisposición cualquiera que sea el resultado de hoy, si bien no pueden ocultar su entusiasmo ante un posible triunfo del líder de Cambiemos. Tanto es así que think tanks con llegada al presidente Barak Obama ya sugieren que la delegación que asista a la toma de posesión en diciembre esté liderada por Joe Biden, vicepresidente de la nación, según pudo saber LA NACION durante un viaje que realizó con otros medios a la capital estadounidense organizado por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (AmCham).

Claro que ese sería sólo el primer paso y no haría más que tirar la pelota hacia campo argentino. ¿Qué esperan a cambio? Buena voluntad y predisposición al diálogo, algo que suena tan simple, pero que no ha sido una práctica habitual en los últimos años.

"La Argentina va a necesitar entre US$ 15.000 y US$ 20.000 millones durante los dos primeros meses del nuevo gobierno para evitar un fuerte ajuste fiscal", se escuchó en un despacho en esta ciudad, donde se propusieron dos caminos: demostrar intención de querer solucionar el conflicto con los holdouts más algún retoque de la moneda o golpear la puerta de las entidades globales de crédito. Y esto, dicen, podría darse incluso sin imponer al país una estricta agenda de condiciones. "Quedó poco del Consenso de Washington. Hoy podemos hablar de la muerte de la condicionalidad", agregó una fuente que pidió reservar su identidad. Así, hoy se admite que las prioridades para los organismos pueden no coincidir con las del país o que, incluso siendo las mismas, puede no haber margen político para implementarlas. Otra vez: están dispuestos a esperar y consensuar. Sí piden reciprocidad de esa actitud.

"Tener un artículo IV...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR