Vivir en Israel. Contrastes del país del momento

El abrazo, un símbolo de que la pandemia va quedando atrás en Tel Aviv

"Siempre, y a pesar de todo, la vida sigue". Esa es la definición actual de Israel , y así comienza esta nota, interrumpida ocho veces por sirenas y misiles, en un contexto de una gravísima escalada entre el grupo terrorista Hamas −en la Franja de Gaza− e Israel. Al cierre de esta nota, van cuatro días de enfrentamientos, con cientos de muertos y heridos. Las calles de Tel Aviv están menos concurridas, pero aun así, la gente intenta ensayar una rutina lo más normal posible, acaso como defensa ante esta situación extrema.

Israel es un gran rompecabezas con piezas diferentes y contrastantes, y los conflictos, las escaladas −e incluso las guerras− son parte del mismo . Aquí confluyen la ciencia, el start up nation y la tecnología más avanzada, que permitió grandes inventos de defensa como la Cúpula de Hierro −el dispositivo que intercepta cohetes y misiles − y la técnica de riego por goteo −que ahorra grandes cantidades de agua y permite una irrigación fertilizante−. A la vez, en el mismo territorio donde viven 9 millones de personas −y que tiene una extensión similar a la provincia de Tucumán− conviven judíos y árabes, que representan el 20% de la población.

Tierra del falafel, del hummus y del regateo, Israel volvió el último tiempo a ser noticia cuando logró la campaña de vacunación más rápida del mundo , que le permitió eliminar la petición de usar barbijo al aire libre. Pocas semanas después, y marcando este contraste, el país volvió al centro de la opinión pública por motivos extremos: la escalada que enfrenta con Hamas y, a la vez, los enfrentamientos internos entre civiles árabes y judíos , que dejaron lugares como Lod en estado de emergencia.

Algunos rascacielos, parte del desarrollo que puede verse en Tel Aviv,

la segunda ciudad más grande de Israel

Las ciudades más importantes del país son Jerusalén, Tel Aviv, Haifa y Eilat. Los motivos son económicos, políticos, tecnológicos y turísticos. Los paisajes incluyen playa y desierto, las temperaturas en verano suelen ser elevadas y en algunas regiones el clima es tan seco que uno puede deshidratarse sin notarlo, por lo que se indica tomar suficiente agua, que es potable en todo el país, ya que se recicla en un 90%.

La sablanut (paciencia, en hebreo) no es una característica que defina a los israelíes, pero sí la solidaridad y el apoyo mutuo, incluso ante marcadas diferencias ideológicas y religiosas. Un claro ejemplo de esto ocurrió el 29 de abril, con la tragedia del Monte Merón , donde murieron 45 personas ultraortodoxas, y hubo interminables filas para donar sangre en Tel Aviv y ayuda de pueblos vecinos árabes.

Si bien el idioma oficial es el hebreo, los carteles están también muchas veces en árabe y en inglés, incluso a veces también en ruso y francés. La moneda oficial es el shekel, cuyo tipo de cambio con el dólar ronda hace años cerca de 3,2.

Se trabaja de domingo a jueves, algunos también el viernes hasta la tarde, cuando empieza shabat , el día más sagrado para la comunidad judía . En la mayoría de las ciudades, los lugares cierran y hay poca circulación. Tel Aviv es una excepción, ya que hay colectivos gratuitos por las noches, y abren bares, discotecas y restaurantes.

La vida aquí pasa por Facebook: trabajo y departamento se consigue, en general, por esta vía. Hay grupos donde la gente regala cosas en buen estado (desde electrodomésticos hasta muebles, juguetes, ropa, etc.) y uno puede pasar a buscarlas sin problema. La mayoría de los edificios en Tel Aviv, por ejemplo, tienen un código de ingreso, que se lo pasan entre unos y otros. En esta ciudad, la inseguridad en las calles se limita a algunos hechos de hurto , sobre todo de bicicletas y monopatines eléctricos, pero se puede circular con tranquilidad a cualquier hora.

La gente disfruta de la playa en Tel Aviv, luego de que las autoridades anunciaran que ya no eran necesarios los barbijos al aire libre

Los pasos para irse a vivir a Israel

Según estadísticas oficiales, cada año alrededor de 350 argentinos hacen aliá (en hebreo, ascenso). En 2020, en plena pandemia, esta cifra aumentó a 530. "Israel tiene una política migratoria muy eficaz, es un país muy acostumbrado a la inmigración. El Estado ayuda mucho y de diversas maneras a las personas que deciden emigrar, para que tengan una mejor adaptación", explica Ale Haber, emisario en Argentina de la Agencia Judía para Israel, la entidad que lleva adelante y ayuda en el proceso de migración, y agrega: "Particularmente la aceptación del latino es muy buena".

De hecho, gracias a las novelas de Cris Morena, muchísimos israelíes hablan español, y hasta reconocen el acento. Es una escena normal que en la playa o en la calle, ante el encuentro de un argentino, el israelí diga, con una gran sonrisa: "¡Argentina! ¡Chiquititas! ¡Messi! ¡Maradona!".

¿Quién puede recibir la ciudadanía israelí? "La política migratoria está basada en la Ley del Retorno , que define quién puede recibir ciudadanía israelí, y se basa en los mismos criterios que las leyes de Núremberg, aplicadas por los nazis para definir quién es judío. Todo el que tenga por lo menos un abuelo o un padre judío, tiene derecho a la ciudadanía israelí ", explica Haber, que además agrega que como primer paso hay dos opciones: "Llegar a Israel como turista y solicitar la ciudadanía en el Ministerio del Interior, o tramitarla desde el exterior, en La Agencia Judía. El trámite incluye un primer contacto telefónico, juntar papeles (pasaportes, partidas de nacimiento, etc.) y entrevistas. Además, por ser el estado-nación del pueblo judío, se pide un certificado de una comunidad judía donde se reconozca la relación de la persona con el judaísmo. El trámite puede llegar a durar hasta un año", asegura.

Entre la pandemia y los conflictos armados, la gente intenta retomar la normalidad

En líneas generales, los beneficios que brinda el Estado son los siguientes: pasaje aéreo, seguro médico y asistencia financiera los primeros seis meses, 500 horas de hebreo, asistencia económica para el pago del alquiler, ayuda especial para jubilados y pensionados, reducción de impuestos, pago de estudios universitarios o maestrías y bajas tasas de interés para la compra de propiedades, entre otros.

Cruzar el charco

Soltero, sin hijos, Diego Goldstein tiene 43 años, vive en Tel Aviv y trabaja como responsable de Desarrollo de Negocio en una de las empresas de ciberseguridad más importantes del mundo: CheckPoint. Llegó al país en 2013, tras un año muy difícil a nivel personal y profesional, pero vivir acá fue, según él, la mejor decisión de su vida . Vino con un grupo de 26 personas, de las cuales solamente se quedaron ocho. ¿El motivo? "La cultura puede llegar a ser muy...

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