El virus K complica cada vez más la salud económica

A l menos por respeto a las 61.176 personas fallecidas hasta ayer debido a la pandemia -más de 11.000 desde mediados de febrero-, la dirigencia política debería bajar un cambio (o dos) para distender el clima de creciente enfrentamiento que rodea a la previsible y explosiva segunda ola de contagios con epicentro en el AMBA.Si nadie se salva solo, como suele decir Alberto Fernández, resulta ilusorio suponer que el oficialismo podrá salir indemne de esta crisis, por más que revolee acusaciones de todo calibre contra el gobierno porteño o maneje arbitrariamente las estadísticas de distribución de vacunas aún escasas. Para colmo, con la grieta ya abiertamente judicializada, el único acuerdo político alcanzado con la oposición fue postergar por un mes las PASO y las elecciones legislativas. Esto significa, en uno y otro lado, asignar prioridad a los futuros votos sobre la educación y contención de los chicos que, tras todo un año sin clases presenciales, pasaron a ser rehenes de una disputa política que entremezcla la falta de evidencia de contagios dentro de las escuelas con los que se producen fuera de ellas.En paralelo también va empeorando la salud de la economía, que aún no logró recuperar los magros niveles prepandemia y vuelve a mostrar nuevos síntomas de incertidumbre con la suba de las cotizaciones alternativas del dólar tras la anestesia de los últimos meses.Así como la necesidad de "hacer algo" ante los récords de contagios llevó al Presidente a disponer el cierre de las escuelas del AMBA sin distinción de riesgo sanitario, la inflación récord de marzo (4,8%) hizo que el Gobierno activara el "virus K" para atacar las subas de precios sin considerar sus causas.Una prueba es que minutos antes de que el Indec difundiera ese dato a mediados de este mes, la Casa Rosada anunció la incorporación de 500 nuevos "fiscalizadores" a la Secretaría de Comercio Interior (SCI), el control de rotulado de envases y medidas para garantizar en los próximos meses el abastecimiento de carnes, frutas y verduras a precios accesibles en el Gran Buenos Aires y los barrios del sur de CABA. También incluyó acuerdos con los principales proveedores de insumos industriales y de construcción (textiles, cueros, madera, celulosa y papel, plásticos, químicos, hierro, acero y aluminio, caucho cartón y vidrio y cemento), para mantener los precios de marzo con revisiones trimestrales hasta fin de año, así como con fabricantes y cadenas de comercialización de...

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